BOGOTÁ

La guerra sucia por la elección del próximo personero de Bogotá

Varios concejales han denunciado que han llegado recusaciones sin sustento jurídico para impedir que algunos cabildantes puedan participar en la elección de este cargo, que tiene más de 1.000 puestos y un presupuesto de miles de millones de pesos.

6 de febrero de 2020
| Foto: Archivo Particular.

La primera gran decisión del Concejo de Bogotá en el 2020 será la elección del personero de Bogotá. Se trata de un cargo importante, pues tendrá que hacer hacer control, vigilancia e investigar disciplinariamente a la alcaldía de Claudia López, además de promover la defensa de los derechos humanos en la ciudad. 

Este cargo, al igual que el del contralor distrital, es crucial en el Distrito. Atender las investigaciones y las decisiones de la Personería o la Contraloría le puede tomar mucho tiempo a cualquier mandatario y en su elección siempre pesan factores políticos.

La Personería tiene en sus manos 1.002 cargos, en los que los concejales pueden estar interesados, y además cuenta con un presupuesto de 126.171 millones de pesos (para gastos de personal). 

El presidente del Concejo, Carlos Fernando Galán, ha dicho que el proceso de selección del personero y del contralor está blindado. La idea es que quienes aspiren al cargo participen en un concurso público. Después de este filtro, quedarán los tres mejores candidatos y finalmente el Concejo, en plenaria, podrá elegir a uno. 

“Hay una entidad que tiene experiencia en procesos de convocatoria similares a este, como es la Universidad Nacional, entidad que va a garantizar que el proceso sea transparente, en lo que tiene que ver con las pruebas y con la valoración de los temas que se definieron como criterios (...) ese proceso queda blindado desde ese punto de vista”, dijo Galán, pero reconoció que después de que estén estos tres nombres la decisión podría ser más política que técnica, así muchos aseguren que elegirán al más idóneo. Pero al menos hay la seguridad de que los tres que queden han pasado por un filtro. 

La guerra sucia

Si por un lado se está tratando de hacer un proceso transparente, por el otro ya se empezó a ver que hay fuertes intereses en la elección del próximo personero. La concejala María Fernanda Rojas, de la Alianza Verde, denunció que habían llegado recusaciones que no tienen sustento jurídico y que intentaron retrasar la elección del personero. 

La primera carta que llegó al Concejo fue una recusación al cabildante Samir Abisambra, del partido Liberal, firmada por Luis Miguel Garzón. Cuando se llamó a preguntarle a esta persona acerca de la carta, este aseguró que no tenía idea de qué le estaban hablando. “Por eso estamos pidiendo a la Fiscalía que investigue el caso porque están suplantando a personas para hacer estas recusaciones”, advirtió Rojas. 

Una segunda recusación que también recibieron en el cabildo podía ser aplicada a un gran número de concejales de diferentes bancadas. El argumento es que deberían declararse impedidos quienes votaron por la personería en las elecciones pasadas. Cuando llamaron a la persona que firmaba la carta se dieron cuenta de que el celular estaba fuera de servicio.

Al respecto de la situación, Galán anunció la creación de una comisión accidental, la cual estudió el caso junto a los asesores jurídicos de la corporación con el fin de dar luces sobre los pasos a seguir. Le dio prioridad al caso y el mismo jueves se resolvieron esas recusaciones que no tendrán ningún efecto. Sin embargo no deja de preocupar ese intento fallido por saboetar la elección del personero. Aunque no pasó a mayores, se alcanzaron a perder tres sesiones para atender las recusaciones. 

Este jueves habrá dos temas sensibles alrededor de este proceso de selección. Uno tiene que ver con los criterios que se tendrán en cuenta para elegir al personero. Los puntos que se le otorgan son dependiendo de sus estudios académicos, la relación de dichos estudios con el cargo de la personería, entre otros. También está sobre la mesa la propuesta de que los concejales no conozcan el puntaje que les da la Universidad Nacional a los candidatos para evitar que esto pueda influir en las votaciones. Este proceso, si no tiene más contratiempos, tendría que terminar antes de que se acabe este mes.