Judicial
Familiares de la joven abogada que cayó de un séptimo piso en Sogamoso piden celeridad en la investigación. Saben que el novio oculta algo
Después de una semana, son más las dudas que las certezas que tienen sobre este hecho.
Los familiares de Laura Juliana Pérez Pedraza están más que seguros de que la muerte de la joven abogada de 31 años de edad no se trató de un suicidio. Prueba de esto son las contradicciones que se han presentado sobre el modo, tiempo y lugar donde se presentaron los hechos, cuando Pérez Pedraza supuestamente cayó del séptimo piso del apartamento en el que vivía en Sogamoso, Boyacá.
Esto sumado al hecho que desde el pasado 2 de junio, Víctor Viancha Falck, quien era el novio de Juliana, no les ha vuelto a contestar el teléfono. Varios testigos aseguran que él fue la última persona que estuvo con la joven abogada y que, antes que se presentara “la caída” se registró una fuerte discusión en el apartamento.
Para los familiares de Laura, Víctor Viancha estaba en la Clínica de Especialistas esperando a que se confirmara el estado de salud de su pareja. En la actualidad, no tienen ninguna duda que el joven se encontraba en estado de alicoramiento y no coordinaba nada de lo que narraba.
Aunque esto no era un hecho aislado puesto que sabían que Víctor tenía problemas con el alcohol, situación que alteraba su relación con Juliana puesto que cuando estaba tomado tenía un comportamiento agresivo, amenazante y confianzudo. También sabían que consumía sustancias alucinógenas. Situación que ya había generado problemáticas en la relación.
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Pocos días después lo vieron en el funeral, pero con una actitud muy diferente, evadiendo tener cualquier tipo de contacto con los familiares de la víctima. Cuando uno de ellos intentó hablar con él recibió una respuesta retadora y amenazante. Desde ese día Víctor no ha vuelto a aparecer.
Por esto le piden a la Fiscalía General que agilice la respectiva investigación, cite a declarar a Viancha y se tomen las versiones de los vecinos del edificio Torres de Alcalá en el que vivía la joven, en Sogamoso (Boyacá), para definir qué fue lo que realmente ocurrió esa madrugada. Este lunes, coincidencialmente, los ocho fiscales de la Unidad de Vida se reunieron para presentar los avances del caso.
Peritos del CTI ya realizaron la recolección de muestras de ADN dentro del apartamento, así como de prendas de vestir y objetos de Juliana. El celular de la abogada ya se encuentra en cadena de custodia y lo consignado allí será clave para evaluar cómo era la relación de la pareja, si se presentaron amenazas o intimidaciones.