ELECCIONES 2018

Mockus: medio millón de votos por el renacer de una ola

El exalcalde de Bogotá llega al Congreso como el segundo senador más votado del país. Solo fue superado por Álvaro Uribe. Su arribo al capitolio puede resultar una bocanada de oxígeno en tiempos en los que reina el desprestigio en la política.

12 de marzo de 2018
| Foto: Diana Rey

A Antanas Mockus se le quebró la voz justo en el momento en el que los micrófonos lo asediaron para buscar un parte de victoria. Estaba vestido con un saco gris y una camisa azul rey, de cuyos puños emergieron sus manos intentando remarcar unas palabras que de golpe se quedaron atascadas. El exalcalde de Bogotá tuvo que hacer una pausa porque un nudo en la garganta lo atacó por dentro. "No podemos vivir en la cultura del miedo. No podemos quedar atrapados entre Iván Duque y Petro. Es necesario ahora escribir un cuento más bonito", alcanzó a decir antes de guardar silencio.

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Los resultados que arrojaba la página de la Registraduría lo ubicaban como el segundo senador más votado del país, solo por debajo de Álvaro Uribe Vélez. Con el 98,73 por ciento de las mesas escrutadas, Mockus aparecía con 539.747 votos; 400.000 más que el mayor elector de Cambio Radical, Arturo Char; o casi 300.000 más que Jorge Robledo, el congresista más fuerte del Polo. Un número que ni los más optimistas de la Alianza Verde a lo mejor vaticinaron.

Ese triunfo inesperado de Mockus trajo de vuelta recuerdos de hace ocho años cuando surgió la ola verde en la campaña presidencial que terminó ganando Juan Manuel Santos. La efervescencia que despertó este profesor de filosofía y matemático en dichas elecciones marcaron un antes y un después en la política colombiana.  

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La ola verde, esa que capitalizó en aquella oportunidad 3.588.819 votos en segunda vuelta, recogió a un electorado joven y progresista que no se identificaba con la política tradicional, un puñado de colombianos que estaban hastiados de la maquinaria y la corrupción. La consigna que acogió a tantos devotos giró en torno a que la vida es sagrada y a que los dineros públicos son intocables.

Así como sucede con las olas que por un viento súbito crecen, los votantes de Mockus se alcanzaron a ilusionar con la presidencia. Y tenían razones para soñar. De las 17 encuestas que se llevaron a cabo entre el 15 de abril y el 10 de junio de 2010, en diez de ellas el exalcalde de Bogotá le ganaba a Santos en intención de votos.

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Pero las elecciones fueron a otro precio. Santos aparecía en el mapa como el sucesor de Uribe y de la política de seguridad democrática. Cuando Mockus experimentaba el repunte más significativo, varios hechos comenzaron a ladear la balanza en su contra. Díez días antes de las votaciones de primera vuelta, el candidato de la ola verde reconoció que padecía de parkinson. Y fue entonces cuando Uribe lanzó una polémica declaración que sugería que Mockus, por su salud, no estaba preparado para asumir las riendas de la presidencia.  “Esto necesita continuidad, esto no es flor de un día, esto no es un esfuercito de caballo discapacitado, esto es una tarea de todos los momentos. Esto es una tarea de mucha convicción, de mucha disciplina, de mucha aplicación”.

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El panorama de dichas elecciones comenzó a trastocarse con la entrada en escena de J.J. Rendón, un estratega político contratado por la campaña de Santos que tenía como máxima credencial haber ganado 22 elecciones en América Latina. Todos esos éxitos los había logrado en su oficio como asesor. Pero Rendón también llevaba a cuestas una sombra cuestionable: el de ser el cerebro de la propaganda negra. Por aquellos días, el mismo estratega reconoció en una entrevista en CNN con Ismael Cala que una de sus herramientas era difundir rumores para perfilar la opinión del electorado.

Un documental sobre la vida de Mockus, llamado La vida es sagrada, revelaría años después los mensajes que Rendón logró posicionar, según los seguidores de la ola verde, para persuadir con mentiras a los votantes. Uno de ellos decía que, de llegar a la presidencia, Mockus eliminaría los subsidios de Familias en Acción. El anuncio que se difundió por redes sociales y cadenas de mensajes logró sembrar miedo entre las clases menos favorecidas. O al menos así se vio reflejado en los testimonios recogidos en la película.    

Los efectos de Rendón se sintieron en la primera vuelta. Santos casi dobló a Mockus en votos. Ese día, en medio de gritos de desconsuelo, el líder de la ola verde se dirigió ante miles de seguidores con un discurso reposado y contenido. “Los colombianos escogeremos entre estos dos caminos: los resultados sin importar los medios, el del todo vale, o el de resultados sin sacrificar principios éticos y legalidad”.

Mockus se fundió en un abrazo con el candidato presidencial Sergio Fajardo Foto: Diana Rey

Aunque Mockus terminó perdiendo las elecciones, entre los miembros de la ola verde quedó una suerte de sensación que recogió sentimientos encontrados. Por un lado estaba el sinsabor de no haber podido luchar contra una maquinaria demoledora. Pero por otro, la esperanza de haber construido un camino.

Ocho años después Mockus se inscribió como candidato al Senado en medio de varias incertidumbres. La realidad política que lo llevó a acariciar la presidencia de Colombia en 2010 se había trasformado diametralmente. Santos y Uribe ya no eran la misma cosa y las Farc habían firmado un proceso de paz, solo por citar un par de ejemplos.

Pero pese a que Mockus se enfrentaba a un país distinto, los verdes continuaban vivos, con escaños en el Congreso y con los mismos principios enarbolados ocho años antes. No parecía nada fácil, sin embargo, vaticinar una votación en su regreso al ruedo.

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Los resultados de la Alianza Verde este domingo no son nada despreciables. El partido totalizó 1,3 millones de votos. Fue uno de los movimientos de mayor crecimiento en las elecciones. Esa votación les permitió diez curules en el senado, el doble de hace cuatro años cuando alcanzaron cinco. Y en la Cámara pasaron de seis a nueve escaños.    

La presencia del profesor Mockus en el nuevo parlamento puede resultar oxigenante para las discusiones que allí se llevarán a cabo. El discurso de quien fuera el inspirador de la ola verde sin duda enriquecerá el debate sobre todo en temas éticos, esos en los que siempre se ha movido sin titubeos. Porque si algo tiene el hombre que más votos sacó entre los verdes es que dice lo que piensa, sin importar si es políticamente correcto. En la tarde del domingo, justo antes de dejar de hablar porque las lágrimas amenazaban con aparecer, Mockus dejó ante las cámaras una frase que comenzó a rodar entres sus seguidores y que pareció contener algo de su frustrada llegada a la presidencia cuando la ola llegó a su máximo auge: “Álvaro Uribe metió miedo durante ocho años, ya es hora de que esto pare”.