POLÍTICA
Álvaro Leyva, excanciller de Petro, se va contra el Gobierno. “Degradación… Responsabilidad de quién. ¿Del actual jefe del Estado?”
“¿Significa lo anterior que, tratándose del momento que se vive en Colombia, llegó la hora de dejar de lado los falsos mutismos? Así lo creo. ¿Será que la verdad nos hará libres? ¿Llegó el momento del no ocultamiento?”, se pregunta.

En un extenso y complejo trino, el excanciller Álvaro Leya envió un duro mensaje al Gobierno nacional. El exministro comienza por hacer una reflexión sobre las tesis de Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio, un filósofo romano del siglo IV, para explicar que los seres humanos nunca se degradan, como sí lo hacen las bestias. Y sugerir que eso es claramente lo que está pasando con el Gobierno actual, del que él hizo parte fundamental en sus inicios.

“La diferencia entre un animal no racional y un animal racional— el ser humano— es que a este último le es inherente la capacidad de raciocinio y juicio. Esta condición propia de la naturaleza de la persona es, sin duda, ajena a las bestias. Lo que llevó a Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio, filósofo romano del siglo IV, predecesor de la escolástica, a señalar que las bestias no se degradan, pero que la persona humana sí. Siendo ello así, la correcta conducta moral, o la incorrecta, es propia de la persona humana, no propia del animal no racional, no es propia de las bestias”, escribe.
Ciudadanas, ciudadanos.
— Álvaro Leyva Durán (@AlvaroLeyva) February 25, 2025
La diferencia entre un animal no racional y un animal racional -el ser humano-, es que a este último le es inherente la capacidad de raciocinio y juicio. Esta condición propia de la naturaleza de la persona, es sin duda ajena a las bestias. Lo que llevó a…
Y luego se pregunta: “¿Será entonces que la degradación impropia de las bestias, del animal no racional, a que se ha llegado al nivel claramente identificable en Colombia con la actual Presidencia de la República, es prueba reina de que Boecio no estaba equivocado? ¡Degradación! Degradación es lo que claramente se percibe. Responsabilidad de quién… ¿Del actual jefe del Estado?”.
Leyva llega a su propia conclusión: ¡Degradación!
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Y continúa con su reflexión: “Y más ciudadanas, ciudadanos… Refiriéndose al correcto proceder recuerda Millán-Puelles (parte del contexto expuesto es suyo), filósofo católico— citando a connotados sabios de siglos pasados a propósito de la conducta debida a terceras personas— indica que en ocasiones se debe recurrir a una “prudente ocultación de la verdad”, toda vez que el aludido podría aducir: no tienen “por qué meterse en mi intimidad”; esto, naturalmente, salvo que el bien común o la justicia estén en juego. O la paz de la nación”.
Para finalizar así: “Al traste entonces con aquello de la “prudente ocultación de la verdad”. Y prosigo, para ser exacto, recogiendo entre comillas: “Es lo que llaman los teóricos de la ética (…) la mutatio materiae: ahí se ha producido un cambio de materia”. Es así como reza el texto. Lo señalan los más doctos. ¿Significa lo anterior que, tratándose del momento que se vive en Colombia, llegó la hora de dejar de lado los falsos mutismos? Así lo creo. ¿Será que la verdad nos hará libres? ¿Llegó el momento del no ocultamiento? Ciudadanas y ciudadanos… ¿Puede ser lo anterior el anticipo de algo más de fondo para lo cual los colombianos necesariamente nos debemos preparar?”.