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Siria retomará su puesto en la Liga Árabe, ¿por qué sucedió este sorpresivo giro?
Este país de Oriente Próximo se encontraba vetado de la organización hace más de diez años. Su regreso marcará el inicio de una era diplomática cautelosa con su región.
La actual situación en Siria, donde además de la guerra civil, la disparidad nacional y la ocupación de las superpotencias a su territorio desde 2011, sin olvidar el constante terrorismo al que se encuentra desprotegida la población, sumando el terremoto de inicio de año que dejó más de ocho mil muertos, parece tener un apoyo regional al anunciar la Liga Árabe que se ha puesto en marcha el reingreso de Siria a este organismo.
Luego de que, al estallar el conflicto entre el Gobierno Bashar Al-Asad y los opositores a su presidencia, en medio de la Primavera Árabe, que se extendió por varias naciones incluidas Libia y Egipto, la Liga Árabe decidiera expulsar a Siria del organismo, Damasco se encontraba solitaria, en términos diplomáticos y culturales, salvo por potencias como Rusia e Irán.
Fueron más de diez años en donde la población veía que no había solución al conflicto, tampoco Al-Asad estaba dispuesto a dimitir al ver a su nación fragmentada y sitiada por el terrorismo del Estado Islámico en 2014, mismo año en que se celebraron elecciones presidenciales en medio de la guerra y el oficialismo tuvo un apoyo de más del 88% de los votantes.
A pesar de Al-Asad ser musulmán Chií, siendo presidente de una nación con mayoría musulmana Suní, se las arregló para mantener a la nación unida en medio de la desesperanza y la radicalización islámica con la que el EI se hacía en las ciudades que conquistaba, y por otra parte la rebelión siria hacia de las suyas al querer liberar al país a como diera lugar. Una muestra clara de su aprobación fue el resultado que obtuvo en las elecciones presidenciales de 2021 en donde más del 95% voto por un nuevo mandato del Al-Asad.
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La operación por poner fin al bloqueo diplomático que tenía Siria llegó debido a una desgracia que enluto a la región y al mundo. El poderoso terremoto que azotó a Turquía y Siria a principios de 2023 sacó la solidaridad de la sociedad global y puso a Siria en el marco de un país necesitado de ayuda, a pesar de la guerra entre sus gobernantes y parte de su población. Esto dio el impulso para que Damasco comenzará a dialogar nuevamente con los líderes internacionales cercanos.
La comunidad árabe no podía rechazar la voz de auxilio de Al-Asad ni de Siria, una nación que también es considerada como el patio de guerra entre Irán e Israel. Desde allí, codeándose con sus homólogos de Omán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos ha podido hacerse un lugar en la agenda política árabe lo cual dio sus frutos: Formalizar su re-anexión al bloque regional.
Desde Occidente, principalmente Washington, se ha tenido recelo a estos acercamientos, debido a que podría considerarse otra derrota para Estados Unidos al intentar ‘democratizar’ a un país, como la operación fallida para Afganistán que duró veinte años y no funcionó. Además, tampoco se le ve de buena fe el accionar de reincorporar a Siria en esta liga por la amistad estrecha que tiene con los gobiernos de Moscú y Teherán.
El reingreso de Siria está en marcha, a pesar de la desconfianza de Jordania y Egipto, y de la mirada puesta de Occidente en toda la región. Aunque desde el organismo, con sede en El Cairo, se ha dicho que esta maniobra no significa que la actividad diplomática estará totalmente abierta entre Damasco y los otros gobiernos árabes, marca un inicio en la estabilidad diplomática de la región, en donde siempre se ha tenido la idea de que toda la región árabe se mantenga unida para evitar incursiones extranjeras que terminen como la invasión a Irak.