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El regreso de Trump atiza el debate nuclear en Corea del Sur
A muchos en Seúl les preocupa que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca signifique que Washington ya no es un socio fiable, y que Corea del Sur necesita su propio arsenal nuclear.
Pocos días después de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el tema de la seguridad nacional saltó al primer plano en Corea del Sur.
Debido al enfoque transaccional de Trump en las relaciones internacionales y la presión que ejerció sobre Seúl la última vez que estuvo en la Casa Blanca, muchos se preguntan ahora si Corea del Sur debería desarrollar su propia disuasión nuclear.
Han Dong-hoon, jefe del gobernante Partido del Poder Popular, dijo en un seminario organizado para debatir el futuro de la política de armas nucleares de Corea del Sur que la victoria de Trump tenía aspectos positivos. “Adquirir potencial nuclear –es decir, tener derecho a enriquecer y reprocesar uranio– no equivale per se a la posesión de armas nucleares”, indicó, según The Korea Herald.
“Pero seríamos capaces de pasar a esa fase en cualquier momento si Corea del Norte intensifica sus amenazas nucleares”, añadió. “Creo que deberíamos estar preparados para un escenario así en medio de la cambiante dinámica del poder y orden mundial”.
Debate sobre armas nucleares
El general retirado del Ejército Han Ki-ho fue un paso más allá y sugirió que Corea del Sur ya no tiene elección. “El armamento nuclear puede ser el único camino que nos quede para la supervivencia de Corea del Sur”, afirmó.
Cualquier decisión sobre el desarrollo de armas nucleares, sin embargo, se enfrentaría a una resistencia significativa.
“Retóricamente, las armas nucleares están sobre la mesa”, indica Mason Richey, profesor de política y relaciones internacionales en la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros en Seúl. Pero considera que mucho dependerá de cómo aborde el Gobierno Trump, la alianza con Corea del Sur y la relación con Corea del Norte.
La preocupación aumentará si, como se ha especulado, Trump persigue un acuerdo con Corea del Norte que prohíba su desarrollo de misiles de largo alcance –que podrían amenazar el territorio continental de EE. UU.– a cambio de que Occidente acepte efectivamente a Corea del Norte como potencia nuclear. Un acuerdo de este tipo no ofrecería garantías a Corea del Sur, cuya capital está a solo 50 kilómetros de la frontera norcoreana.
Según encuestas recientes, alrededor del 70 % de los surcoreanos están a favor del desarrollo y despliegue de una fuerza de disuasión nuclear independiente.
Un proceso caro y complejo
No obstante, Richey hizo notar que Corea del Sur no podrá contar con armas nucleares de la noche a la mañana, y que el costo de desarrollo y mantenimiento de este tipo de armamento es extremadamente elevado.
Otro obstáculo sería la resistencia de la población que vive cerca de las instalaciones nucleares, por temor a ser blanco de ataques en caso de conflicto. Además, aunque Corea del Sur tiene un sector de energía atómica civil, ha firmado un acuerdo con EE. UU. para no obtener el material necesario para construir armas.
Según Lim Eun-jung, profesora de estudios internacionales de la Universidad Nacional de Kongju, las nominaciones de Trump para su nuevo Gabinete sugieren que adoptará una línea firme con respecto a Corea del Norte y, por lo tanto, seguirá comprometido con la defensa del Sur, lo que significa que no se requiere una capacidad de disuasión nuclear independiente.
Trump designó a Pete Hegseth como secretario de Defensa y a Marco Rubio como secretario de Estado. Ambos son considerados halcones en lo que respecta a los rivales de Estados Unidos en Asia.
*De la DW.