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Donald Trump: su llegada a la Casa Blanca promete reconfigurar el mundo. Gustavo Petro deberá evitar consecuencias irreparables para Colombia. Esto podría ocurrir

El magnate se posesiona este lunes 20 de enero. El impacto de su elección se sentirá en todo el planeta. En el país, el mandatario colombiano tendrá la responsabilidad de calcular cada paso en la nueva relación con Estados Unidos.

Redacción Nación
18 de enero de 2025
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| Foto: SEMANA

El único triunfo más sorprendente en la historia de Estados Unidos después de que Donald Trump derrotó a Hillary Clinton fue la reciente victoria indiscutible del magnate frente a Kamala Harris. En la primera ocasión, Trump se había mostrado como un populista de derecha, sin pelos en la lengua, que decía imprudencias y exageraciones. En la nueva elección mostró más de lo mismo y cargó con un prontuario judicial que hacía parecer imposible que la mayoría del pueblo norteamericano lo eligiera por segunda vez. Pero no ocurrió así y arrasó.

Algunos de los delitos de los que se le acusa podrían ser superables. Por ejemplo, tener en su residencia en Mar-a-Lago documentos clasificados o las irregularidades en sus declaraciones de renta. Otros no eran mortales, aunque eran impresentables, como el pago de sobornos a cambio del silencio de sus escándalos sexuales con actrices porno y conejitas Playboy. Eso para no mencionar que también fue acusado y condenado por violación, aunque el caso está en apelación.

No obstante, había uno que sí parecía mortal: la toma del Capitolio, ocurrida el 6 de enero de 2021. En un país tan institucional como Estados Unidos, ver hordas trumpistas irrumpiendo en esa cuna sagrada de la democracia, rompiendo vidrios y puertas, en un asalto que tuvo muertos y heridos, era impensable. Más grave aún si la razón de ese atentado tenía como origen la mentira inventada por el presidente de que le habían robado las elecciones.

Trump llega con la fuerza de un tornado a la Casa Blanca. Sus vientos impactarán a Colombia. La relación con el presidente Petro será turbulenta.
Trump llega con la fuerza de un tornado a la Casa Blanca. Sus vientos impactarán a Colombia. La relación con el presidente Petro será turbulenta. | Foto: Getty Images

Eso le produjo un segundo impeachment (proceso de destitución), que acabaría con cualquier carrera política en un país en donde en 250 años de vida republicana solo habían tenido lugar dos. El primero fue el de Andrew Johnson, en 1868, y el segundo, el de Bill Clinton por haberle mentido a la Justicia en el affaire de Monica Lewinsky, en 1998.

Nadie duda, entonces, de que Trump llega como un tornado a la Casa Blanca este lunes. Sus vientos huracanados van a sacudir con fuerza al mundo y especialmente a Colombia. Lo que ha vivido el país esta semana con la despachada pública del presidente Gustavo Petro por no haber sido invitado a la posesión es inédito, pero apenas un abrebocas. Colombia, que ha tenido siglos de una relación armoniosa de carácter bipartidista, de amistad y de cooperación con Estados Unidos, podría estar en riesgo de entrar en una era de relaciones convulsionadas con este país. Y eso puede salir muy caro.

A Petro solo le queda poco más de año y medio de mandato, pero lo que se pierda, por ejemplo, en materia de cooperación, será irreparable, como advierte en esta edición especial Luis Alberto Moreno, expresidente del BID. Nuestro país ha recibido por años el mayor número de recursos del mundo en este frente, que ascienden en promedio a 600 millones de dólares anuales. Y es claro que Trump, que tiene como una de sus metas principales reducir el gasto, no va a cohonestar que tantos recursos sigan su curso hacia un Gobierno que insulta a Estados Unidos y a su presidente, y que, además, tiene políticas, como la llamada paz total, que implican impunidad frente a los verdugos del narco que inunda sus calles de coca.

Como presidente tiene claro que su prioridad es Estados Unidos: una economía próspera y la lucha frontal contra la inmigración ilegal.
Como presidente tiene claro que su prioridad es Estados Unidos: una economía próspera y la lucha frontal contra la inmigración ilegal. | Foto: Newsday via Getty Images

En este frente de las drogas, no solo es un tema de tono, sino de evidente falta de resultados. Como recuerda Daniel Mejía, el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito muestra que los cultivos de hoja de coca pasaron de 230.000 hectáreas en 2022 a 253.000 en 2023, un aumento del 10 por ciento. Pero más preocupante aún es el aumento estimado de la producción potencial de cocaína, que pasó de 1.738 toneladas en 2022 a 2.664 toneladas en 2023, una disparada del 53,3 por ciento. La situación es tan grave que el expresidente Duque advierte que “es bastante probable que Colombia sea descertificada”.

No es menor tampoco que Trump llegue a esta segunda presidencia con un mundo patas arriba, con conflictos históricos de gran calado, como los de Medio Oriente, Ucrania y Rusia, y las chispas encendidas entre China y Taiwán. En campaña, el magnate prometió que podía acabar esas guerras con “una llamada telefónica”.

Antes de posesionarse hubo la primera luz en el frente más oscuro: el conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás con su telaraña de apoyos en organizaciones terroristas en los países vecinos, financiadas por el temible Irán. Trump fue quien le comunicó al mundo el acuerdo de cese al fuego para traer de vuelta a 33 secuestrados que están en Gaza.

Adicionalmente, Trump abrió otros tres frentes internacionales. Por un lado, dijo que no descarta la vía militar para apoderarse de Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca. En su anterior mandato señaló que podría comprarla. La región alberga enormes riquezas minerales, incluidas las muy codiciadas tierras raras.

Por otro lado, anunció que le gustaría reincorporar el canal de Panamá a Estados Unidos. En su cuenta en Truth Social publicó una foto con una bandera de su país en esas aguas y este mensaje: “Bienvenidos al canal de los Estados Unidos”. En sus recientes discursos ha dicho que su interés es principalmente evitar que este puerto estratégico sea controlado por China. También se ha quejado de que allí se cobran tasas “ridículas y altamente injustas” contra las empresas de su país. Y sobre Canadá dijo que podría ser el estado 51 de Estados Unidos.

El mandatario obtuvo la victoria sobre Kamala Harris. | Foto: AFP

Con todo este ajedrez, se podría pensar que Colombia no tendrá mucha relevancia, pero ahí emerge un nombre fundamental: Marco Rubio. El nuevo secretario de Estado es el canciller que mejor conoce a América Latina en toda la historia de Estados Unidos. Y tiene a Venezuela en el alma. Esta semana, en el Congreso, dijo que el país “está gobernado por una organización de narcotráfico” y que Cuba sí merece integrar la lista de países patrocinadores del terrorismo, en contravía de la decisión de Joe Biden de sacar a la isla de ese vergonzoso listado, que fue aplaudida por Petro. En este escenario, se espera que esos dos temas en América Latina sean prioridad. La posición que ha tenido Colombia, que no solo no ha reconocido a Edmundo González como el presidente electo de Venezuela, sino que muestra también simpatía por el régimen de Nicolás Maduro, puede pasarle una enorme factura al país.

Trump, además, tiene claro lo que quiere: America First. Y eso significa dos cosas: una economía próspera y una lucha frontal contra la migración ilegal. En lo primero, el presidente ha dejado claro que tendrá una política muy dura en términos comerciales con el extranjero. Lo más visible en este frente serán los aranceles. El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha advertido que piensa imponer una tasa de más del 60 por ciento a los productos chinos y del 25 por ciento a México y Canadá. Tampoco ha descartado un “arancel global” del 10 por ciento.

En términos de migración, los colombianos podrían ser de los más afectados por la cruzada que emprenderá Trump una vez asuma el poder. Se anticipa que el mandatario hará la mayor deportación de migrantes de la historia. Se calcula que en el país pueden existir alrededor de 12 millones, de los cuales más de 4 millones son mexicanos. La selva del Darién, en la frontera con Colombia y Panamá, se ha convertido en el corredor por el que muchas personas de otras nacionalidades, venezolanos, colombianos y africanos, emprenden un peligrosísimo camino para alcanzar el sueño americano. Se estima que el año pasado 302.203 la cruzaron; el año anterior la cifra superó los 500.000. Asimismo, Trump tiene como obsesión la construcción del muro en la frontera con México. En sus últimas intervenciones ha dicho que lo va a levantar, no importa lo que cueste.

A diferencia de su primer mandato, en esta oportunidad Trump llega absolutamente recargado. Para comenzar, se posesiona como un cruzado casi que providencial al haber sobrevivido a dos atentados de muerte, uno de ellos digno de Hollywood, con una bala que le cruzó milimétricamente en la oreja y que habría podido asesinarlo de manera fulminante. En segundo lugar, a diferencia de su primer periodo, en esta oportunidad tiene mayorías en el Congreso y en la Corte Suprema, lo cual dejará que sus propuestas puedan ejecutarse rápido y sin mayores controversias internas.

Donald Trump
Donald Trump llegará al Despacho Oval de la Casa Blanca en Washington. | Foto: AP

Por otro lado, cuenta, ahora sí, con una mayoría ciudadana que tiene anclada en él su esperanza. Trump puede no ser un santo, pero es un hombre exitoso de negocios que produce prosperidad económica, que es en este momento lo que más les interesa a los norteamericanos. Y ahora la gente ya no cree tanto en las instituciones que entrañaban lo que se conoce como la democracia liberal, sino en los resultados. El mundo vive la era de los outsiders, y en todo eso él es el rey.

Hay otra mirada que es más pesimista. El triunfo de Trump correspondería a una reconfiguración del mundo, en el que el imperio americano, que ha sido la potencia dominante desde la Segunda Guerra Mundial, está perdiendo peso por cuenta del ascenso de otras potencias, como China, y las dudas sobre el futuro del dólar como moneda universal. Trump definitivamente tiene como mantra que eso no suceda jamás.

Hoy en día, en Estados Unidos se ha exacerbado un nacionalismo como mecanismo de defensa que explica por qué hay un apoyo cada vez más grande a un giro tan radical como el que entraña su llegada al poder. Este giro podría ser desastroso para Colombia si el Gobierno no actúa con prudencia e inteligencia. Pero también podría ser una oportunidad si se deponen los egos y el fanatismo.