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¿Donald Trump autorizaría una invasión militar en Venezuela? Así está el panorama
El presidente electo de Estados Unidos ha mostrado su fuerte rechazo hacia la dictadura venezolana. Muchos tienen la esperanza de una intervención de la Casa Blanca en ese país, pero ese camino no es sencillo.
Con la juramentación fraudulenta de Nicolás Maduro como presidente constitucional de Venezuela, hay muchas voces que reclaman una salida distinta para intentar sacar al dictador del poder del vecino país tras más de 12 años de mandato y 25 años de chavismo. Por esta razón, desde tierras venezolanas y en el resto del continente, muchos se hacen la pregunta de si existe la posibilidad de que Donald Trump, quien asumirá como presidente de Estados Unidos el próximo lunes, autorice una invasión militar.
Trump no es ajeno a la coyuntura que se vive en Venezuela. Durante su primer periodo en el poder, el mandatario republicano fue un duro enemigo de la dictadura de Nicolás Maduro. Fue en su gobierno, en el año 2020, en que la Fiscalía de ese país (que es nombrada por el poder ejecutivo) emitió el indictment en el que acusó a Maduro y a Diosdado Cabello de conspirar con la guerrilla colombiana para “inundar a Estados Unidos con cocaína” y utilizar la venta de drogas “como arma contra” dicho país. Además, impuso severas sanciones económicas contra el régimen.
Por otro lado, en varias ocasiones, el magnate aseguró que habían considerado una salida militar para sacar al líder venezolano del Palacio de Miraflores.
Esta última tesis fuer revelada por el exasesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, quien reveló los secretos del primer gobierno del republicano en su libro La habitación donde sucedió. Allí, contó que el entonces mandatario sí contempló la salida militar con una invasión del ejército estadounidense en tierras venezolanas, pero decidió apoyar a la oposición liderada en ese entonces por Juan Guaidó. Aun así, posteriormente habría abandonado al presidente interino de Venezuela, sugiriendo que había perdido mucha fuerza.
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Bolton agregó que Trump meditó reunirse con Maduro, a quien habría calificado como alguien “duro e inteligente” y que no sería fácil de intimidar. “Solo me reuniría con Maduro para discutir una cosa: ¡su salida pacífica del poder!”, dijo en su momento Trump, en alusión a esa revelación, en su cuenta de Truth Social.
¿Y ahora?
La realidad es que no solo Estados Unidos y Venezuela han cambiado desde entonces, sino que la coyuntura del planeta también. Donald Trump encontrará un mundo más que dividido por conflictos que tienen a su país como protagonista, por las decisiones y acciones que podrá tomar. La realidad es que la prioridad del gobierno del republicano parece que estará en la guerra en Medio Oriente y en Ucrania. Aunque el tema de Venezuela no se descarta para tomar cartas en el asunto.
Uno de los puntos esenciales es el nombramiento como secretario de Estado de Marco Rubio, un senador de origen cubano que es conocido por sus fuertes condenas hacia la dictadura venezolana.
“En medio del remolino de hechos de estos días, el Gobierno de Estados Unidos subió la recompensa por Maduro y Cabello a 25 millones de dólares por cada uno y ha agregado al general Padrino López, cotejándolos con los líderes de los grupos terroristas en el Medio Oriente. Entre tanto, Trump ha llamado a González ‘presidente electo’, lo que hace prever que tomará una posición de confrontación con Venezuela, pero posiblemente no con el mismo fragor que en su anterior mandato”, sostuvo el excanciller Julio Londoño Paredes.
Una intervención terrestre, por ahora, no está en el escenario. Cuando Estados Unidos invadió Panamá en 1989, en el gobierno de George Bush padre, el país norteamericano tuvo que destinar más de 20.000 de sus soldados en tierras centroamericanas para sacar al dictador Manuel Noriega, todo con aprobación del Congreso en Washington. Para una operación en Venezuela, se cree que se necesitarían al menos 80.000 hombres y hay bastantes dudas de que los congresistas den su aval.
Además, una intervención de Venezuela tendría implicaciones internacionales mucho más grandes que aquella en Panamá, teniendo en cuenta la relación que tiene Maduro con Irán y Rusia. Tampoco hay que olvidar que el vecino país es la quinta nación que más crudo envía hacia tierras norteamericanas para su tratamiento y comercialización, lo cual ha ido en aumento desde que el gobierno de Joe Biden rebajó las sanciones de hidrocarburos contra Caracas y que hasta el momento no se han vuelto a imponer, a pesar de las peticiones de varios sectores.
Esos mismos argumentos pesan contra una eventual intervención por aire, en operaciones con bombardeos o ataques con drones, como ha sucedido en Medio Oriente como Yemen o Siria, que no se ve posible como solución a la crisis venezolana.
Tampoco se descarta que el gobierno Trump mantenga una relación con Maduro. “La nueva presidencia de Donald Trump ha generado mucho ruido por los argumentos, en favor y en contra, de volver a la política de la ‘máxima presión’. Aquí hay una gran confusión, pues esa ‘máxima presión’ cedió hacia 2020, cuando el Departamento de Estado publicó una política oficial para promover la transición basada en acuerdos políticos con Maduro”, explicó el exprocurador de Venezuela José Ignacio Hernández.
“El presidente electo Trump ha indicado que la política internacional de Estados Unidos debe orientarse hacia una suerte de no intervención, como recientemente lo reiteró con ocasión al conflicto en Siria. Por ello, creo que la política hacia Venezuela va a continuar, en cierto modo, donde se quedó, con el plan publicado en 2020″, agregó el jurista.
Hace unas semanas, el senador electo de origen colombiano, Bernie Moreno, aseguró que “Trump trabajará con Nicolás Maduro, porque él es el que va a tomar posesión del cargo”.