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Ante las presiones de Trump, republicanos en la Cámara apoyan sus esfuerzos para recortar el gobierno: “En DOGE confiamos”
Los primeros meses del gobierno Trump han estado llenos de diversos recortes federales; desde su vuelta a la Casa Blanca propuso un proyecto de ley que espera sea aprobado.

Las presiones del presidente Donald Trump y sus esfuerzos para recortar el gasto federal, tarea a cargo de su asesor y multimillonario Elon Musk -que ya ha estado pasando su hacha por diversos programas- se sienten hasta en el Congreso.
Los republicanos han intentado que se apruebe el proyecto de ley de financiamiento federal en la Cámara de Representantes, pero no lo han logrado por sus propios méritos, y la amenaza de la reducción del gobierno les está pisando los talones.
Al rescate, los demócratas se unieron con los votos necesarios para evitar interrupciones catastróficas, como se han visto en otros organismos del Estado.
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, ha logrado mantener alineada a la mayoría de su Partido Republicano para aprobar el proyecto de ley y, aunque parecía imposible, logró convencer a los legisladores más conservadores del Freedom Caucus para que se sumen.
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La presión del presidente y sus amenazas de tomar represalias severas sobre la política del país, en contra de los republicanos de base que se negaron a alinearse, resonaron dentro de los miembros de la Cámara.
Pero también los convencieron las recientes actuaciones de Musk, quien se ha tomado muy en serio su labor de reducir el gobierno federal y despedir a miles de trabajadores mediante el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge).
“En Doge confiamos”, dijo el representante de California y republicano Tom McClintock, quien además es defensor de la reducción federal e hizo parte de los primeros que votaron a favor.
El resultado es una nueva mayoría del partido del presidente en la Cámara y en el Senado, que han demostrado que pueden apartarse de las caóticas peleas públicas para unir sus fuerzas a un mismo fin, dejando como minoría al Partido Demócrata.
Este último, durante años, ha establecido que los republicanos simplemente no pueden gobernar, pero ahora parece que les están demostrando lo contrario.

Las presiones de la Casa Blanca no llegan solas. Mientras en el Congreso actuaba el pasado martes, el Departamento de Educación despidió a más de mil empleados -casi la mitad de todo su personal- encaminados hacia su desmantelamiento, una medida que el presidente Trump ha dejado claro que está en su lista de planes.
“Los esfuerzos de Doge y otras cosas que están sucediendo en el gobierno son muy importantes para el pueblo estadounidense”, dijo Mike Johnson sobre el cuestionado departamento, “porque, en última instancia, lo que vamos a poder hacer es reducir el tamaño y el alcance del gobierno federal”, argumentó.
Con la firma del proyecto de ley, este llegaría al Senado, donde los republicanos ocupan la mayoría de asientos y los demócratas se enfrentan, casi que maniatados, a detener la gran ola de eventos ordenados por la presidencia.
Así las cosas, el líder demócrata del Senado se encuentra en un dilema: o reúne a sus partidarios para alcanzar los 60 votos obligatorios para aprobar el proyecto, o vota para bloquearlo y permite un cierre federal a primera hora del próximo sábado.

Donald Trump se está esforzando para que se apruebe lo que él llama un “gran y hermoso proyecto de ley”, el cual le permite realizar recortes fiscales de 4,5 billones de dólares y 2 billones en reducción de gastos, los cuales incluyen 880.000 millones de dólares para Medicaid, que es un programa de atención sanitaria que usa parte de su presupuesto para programas de agricultura, en el cual se encuentra el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, o cupones de alimentos para adultos y niños hambrientos.
Por su parte, el magnate tecnológico, Elon Musk, ha señalado que el Seguro Social y otros programas de “derechos” fundamentales también necesitan sus duros recortes.