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Desarrollo agropecuario en Córdoba: una apuesta integral por la sostenibilidad y la competitividad
Con programas de entrega de insumos a los pequeños productores rurales y la asociación de campesinos con agroindustrias, este departamento busca enfrentar desafíos históricos como el equilibrio de la seguridad alimentaria.
El desarrollo agropecuario de Córdoba enfrenta un desafío histórico: equilibrar la seguridad alimentaria de la población local con la inserción competitiva de sus productos en mercados internacionales. Este reto ha sido asumido con un enfoque integral, que abarca desde la producción primaria hasta la promoción global, demostrando que el agro puede ser motor de desarrollo, bienestar y sostenibilidad.
En la región Caribe colombiana, el 54,2% de la población sufre inseguridad alimentaria, según el último informe de la FAO. Ante este panorama, la Gobernación de Córdoba ha implementado un programa de entrega de insumos a pequeños productores rurales. Este esfuerzo tiene dos objetivos claros: garantizar alimentos básicos para las familias campesinas y aumentar la producción en esas líneas agropecuarias estratégicas para que se diversifiquen las fuentes de sus ingresos, y de esta manera contribuir al desarrollo económico de las comunidades.
Por su parte, el programa “El Campo Cambia” marca un hito en la forma de entender la ruralidad cordobesa. Al asociar y encadenar a los productores campesinos con agroindustrias de cada línea estratégica (cacao, plátano, palma de aceite, mango, coco y limón Tahití) se elimina la dependencia de intermediarios, garantizando precios justos y un mercado asegurado.
Este modelo, que busca intervenir 5 mil hectáreas con sistemas de riego y asistencia técnica, además de insumos, es un paso hacia la profesionalización del agro. A medida que las cosechas maduran, los productores pueden empezar a visualizar un futuro más estable y sostenible al ver sus parcelas como proyectos empresariales asociativos.
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Otro pilar del desarrollo agropecuario planteado en Córdoba ha sido el programa de créditos “Credi Fa$il”, que en apenas seis meses logró canalizar más de 6.000 millones de pesos hacia pequeños productores.
Estos recursos han permitido financiar cultivos como plátano y yuca, así como mejorar la ganadería de doble propósito, un sector clave para la región. La tasa compensada que ofrece este esquema representa un alivio económico para los productores, impulsando inversiones que de otro modo serían inalcanzables.
Plantear una nueva visión implicaba necesariamente entender que la Feria de la Ganadería es mucho más que razas bovinas, así que la tradicional Feria Nacional de la Ganadería ha evolucionado, consolidándose como una plataforma de negocios agropecuarios y un espacio de formación cultural y académica. Este cambio de enfoque no solo refuerza el rol de Córdoba como potencia ganadera, sino que también promueve el desarrollo de toda la cadena de valor pecuaria. La feria es hoy una ventana para conectar a los productores locales con compradores nacionales e internacionales, abriendo nuevas oportunidades de mercado.
Esa apertura de mercados implica la necesidad de trabajar en la conexión global; en un mundo globalizado, posicionar a Córdoba en el mapa de negocios y turismo es una prioridad estratégica. Las “misiones competitivas” han traído al departamento representantes empresariales, diplomáticos y académicos de países como Dubái, Japón, España, Brasil y Corea, entre otros.
Estas visitas no solo han permitido mostrar el potencial productivo de Córdoba, sino también sus posibilidades como destino turístico. La promoción internacional fortalece la confianza en los productos locales, abriendo puertas para la internacionalización de sus cadenas agropecuarias.
El desarrollo agropecuario de Córdoba no se limita a acciones aisladas; se trata de una política integral que conecta a los productores con tecnologías modernas, financiamiento asequible y mercados internacionales. Este enfoque, que articula la seguridad alimentaria con la competitividad global, está construyendo un modelo que podría ser replicado en otras regiones de Colombia.
Córdoba está transformando su campo, no solo para alimentar a su gente, sino para conquistar los mercados del mundo. Este es un ejemplo de cómo el trabajo conjunto entre el sector público, privado y la comunidad puede generar un impacto sostenible y duradero. El campo está cambiando y, con ello, el futuro de toda una región.