Gustavo Petro e Iván Duque lo tenían todo dispuesto para la victoria. En el centro de convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, esperaban cientos de petristas los resultados, durante los primeros boletines se guardaba la esperanza, pero cuando la tendencia fue irreversible se vieron algunas lágrimas. Durante la espera había calma, incluso la derrota no sabía tan amarga con 8 millones de votos. Cuando Petro subió a la tarima la euforia fue total.“Ocho millones de colombianos y colombianas libres, orgullosamente libres. Ciudadanos y ciudadanas a carta cabal. El Polo Democrático, el Partido Verde, la Lista Decente, tantas fuerzas ambientalistas, animalistas, feministas, el verdadero liberalismo está aquí presente. Una fuerza aquí nueva que hoy tiene un mandato, el de los 8 millones de habitantes que votaron por nosotros. Yo no me siento derrotado. Tan acostumbrados estamos a no estar en el poder que tampoco es que nos muramos por no estar”, dijo Petro, quien no se sintió derrotado, sino preparado para la oposición y la conquista dentro de cuatro años.Minutos después, en el Cubo de Colsubsidio de la capital, Duque hizo su primera aparición como presidente electo. Victoriosos, sus seguidores celebraban los 10 millones de votos que lo llevaron al poder.“Realmente hoy es un día muy especial para Colombia. Hoy quiero agradecerle a Dios y al pueblo colombiano porque una nueva generación llega a gobernar con todos y para todos, con la mayor votación de la historia en nuestro país, así inició su discurso Duque.El 7 de agosto Juan Manuel Santos le entregará a Iván Duque su puesto en la Casa de Nariño. Ese día y durante los próximos cuatro años, Duque intentará devolverle a los ciudadanos la esperanza.