AGROINDUSTRIA

Limón tahití, una promesa exportadora

Las exportaciones de esta fruta podrían repetir la exitosa historia del aguacate hass. Cultivadores y empresarios hacen allí sus apuestas.

14 de noviembre de 2020
Limón tahití podría ser el siguiente éxito exportador del país.

Por estar presente en casi todas las cocinas del país, el limón es una fruta indispensable en muchas preparaciones gastronómicas, que además cuenta con propiedades medicinales y aromáticas.

Sin embargo, las ventajas de esta fruta originaria del sureste asiático, que hoy se produce en todas las áreas tropicales y templadas del globo, van mucho más allá. También es un promisorio negocio debido a su elevada demanda internacional.

Se estima que el año pasado el mercado global de limón fue de US$16.500 millones, según la consultora IndexBox. Esto significa un crecimiento promedio anual del 2,6% entre 2007 y 2019. De aquí a 2030 se espera un crecimiento anual de la demanda del 1,2%, para llegar a un consumo global de 22 millones de toneladas (hoy se producen 20 millones).

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En ese panorama, en el que los mayores productores son India, México y China, Colombia también tiene oportunidades, dada la calidad de limón tahití que produce, sus tratados de libre comercio, y el encadenamiento entre inversionistas y productores.

Un ejemplo de esto es el fondo de inversión Farmfolio, creado en 2015 por tres socios que venían de trabajar en los sectores financiero, construcción y tecnología. Decidieron crear el fondo porque querían ingresar a la actividad agroindustrial, en la cual consideran que se pueden hacer buenas inversiones. Su objetivo es brindar acceso a activos agrícolas que no cotizan en bolsa.

Así empezaron a analizar varios cultivos y finalmente se decidieron por cuatro: coco, piña, teca y limón tahití. En la primera fruta, su apuesta incluyó el montaje de la primera plantación certificada del país. Está ubicada en Montería y, dado que la producción de coco tarda de seis a siete años, aún no ha empezado la comercialización, pero su meta es iniciar abasteciendo el mercado nacional, que hoy demanda mucho coco y no tiene suficiente producción.

Con la piña hicieron diferentes estudios para producir en Colombia, pero no encontraron el terreno adecuado por temas logísticos, así que desde hace cinco años producen en Panamá, en una finca a 40 minutos del canal y hoy son el mayor exportador de piña del vecino país.

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En cuanto al árbol de teca, tienen una planta de procesamiento de madera dura ubicada en Montería, cuyo nombre es Burroteka.

Empacadora propia

La apuesta de Farmfolio por el limón se basa en que, al igual que la piña, es un cultivo de ciclo corto, pero con menos requisitos técnicos, lo que disminuye los riesgos.

Óscar Baracaldo, director y cofundador de Farmfolio, explica que comenzaron comprando los limones en las distintas zonas productoras del país para robustecer la cadena de valor del cítrico colombiano, al tiempo que consiguieron clientes en el exterior para empezar a exportar. Hoy les venden a cadenas de supermercados como Walmart. La empresa maneja la marca La Dona Fruit para comercializar sus frutas en el exterior.

Baracaldo agrega que, para fortalecer el negocio del limón y poder ofrecerles precios homogéneos a los productores, recolectaron dinero entre sus inversionistas y construyeron Valle Verde, una planta empacadora y almacén frigorífico de limón tahití, ubicada en Apartadó, Antioquia.

La planta ocupa 1.542 metros cuadrados y es una de las más innovadoras en América. La meta es usarla para convertir a Farmfolio en el mayor exportador de limón en Colombia, aprovechando su especialización, pues a diferencia de otras instalaciones que empacan limón en el país y que se centran primero en los aguacates, la suya solo se especializa en este cítrico.

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Valle Verde cuenta con módulos de clasificación y desinfección, posibilitando un proceso de empaque automatizado y rápido. La idea es garantizar calidad y tamaño homogéneos de los limones.

Otra de sus ventajas es que está dentro de la Zona Franca de Urabá, ubicada cerca de dos puertos del Atlántico. Valle Verde emplea a 32 personas y cuenta con una cadena de valor de 27 proveedores, quienes producen en 450 hectáreas. La meta es llegar a 1.200 hectáreas el próximo año, a medida que más granjas entren en funcionamiento.

El limón produce su primera cosecha entre el segundo y tercer año de cultivado, y su nivel de adultez lo alcanza alrededor del año cinco o seis. Además, en Colombia se produce todo el año, lo que le da ventaja frente a los países que tienen estaciones.

Negocio joven

El limón tahití de exportación es una industria aún pequeña en Colombia, con alrededor de 30.000 toneladas, pero con grandes oportunidades dado que, por ejemplo, en los tratados de libre comercio con Estados Unidos y con Europa está libre de aranceles. Farmfolio actualmente envía de cuatro a seis contenedores por semana a Estados Unidos y Europa.

“La gran oportunidad del limón es que apenas se está iniciando y, aunque las inversiones son de largo plazo, ya empezamos a generar retornos”, explica Baracaldo.

Hoy, la compañía administra más de US$50 millones en activos y ha recaudado más de US$15 millones en capital.

Otro de sus objetivos es generar valor agregado sobre la cadena de suministro, pues considera que el sector está viciado por los intermediarios y, al comprarles directamente a los productores, se pueden pagar mejores precios.

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Un informe de la iniciativa de agronegocios de la facultad de Administración de empresas de la Universidad de los Andes sostiene que el limón persa, como también se le conoce a la variedad tahití, es una oportunidad para que el campo colombiano se reinvente, ofrezca nuevos productos, genere empleos y desarrolle una cultura empresarial más moderna.

Así mismo, esta fruta se convierte en otra posibilidad para desarrollar la marca país junto a productos agrícolas colombianos como el café, el banano, la uchuva y el aguacate. Un negocio para nada amargo, pero si tan saludable... como el limón.

Frutas van bien

Mientras las exportaciones totales del país registraron una caída anual del 23% en el acumulado de enero a septiembre, las de frutas disminuyeron mucho menos y en algunos casos siguen creciendo.

Las de banano, que es la fruta que más vende el país al exterior, bajaron en un 5% y alcanzaron US$622 millones a septiembre. Por el contrario, las de aguacate crecieron un 11% y totalizaron US$79 millones. Las ventas externas de gulupa y de uchuva se contrajeron un 2% y un 11%, respectivamente, pero las de limón tahití avanzaron el 12%.

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Recientemente, el ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, no solo destacó el buen desempeño de las exportaciones agrícolas en general (que en el primer semestre crecieron un 10%), sino el hecho de que cada vez se produce más de forma más sostenible. En particular, mencionó que el 30% de las exportaciones de limón tahití corresponde a producción totalmente orgánica.

Igualmente, el aumento en el consumo de frutas con vitamina C para fortalecer el sistema inmunológico frente a la pandemia se convierte en una oportunidad de exportación para los cítricos nacionales.