
OPINIÓN
Veo el vaso al revés
Las finanzas públicas estadounidenses están en cuidados intensivos, tal como las de muchos otros países del mundo. Es por eso que cualquier ahorro es válido.
Algunos ven el vaso medio vacío y otros, medio lleno. Así como ocurrió con la reunión de Donald Trump y Volodímir Zelenski, que dejó bastante dividida a la opinión pública. Pero, sobre todo, empoderó a los odiadores de Trump, que a punta de memes y columnas se han dado un buen gusto.
Yo estoy en el bando en el que muchísimas personas creen que, independientemente de las formas, estamos de acuerdo con lo hecho por el gobierno de Estados Unidos en cabeza de Trump.
Lo primero que debemos recordar es que Trump en campaña prometió buscar el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania. Claramente, una guerra no se puede acabar metiéndole recursos a uno de los bandos y mucho menos al débil, que —sin importar la cantidad de recursos— no tiene cómo ganarla.
Estados Unidos ha sido, de lejos, el país que más recursos le ha entregado a Ucrania para esta guerra. Pero no se sabe ni en qué o cómo se han gastado esas contribuciones.
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Una de las prioridades del gobierno Trump ha sido entender el gasto de una cantidad de recursos que se daban a “diestra y siniestra” por todo el mundo. Para esto comisionó a Elon Musk y lo que ha encontrado en un poco más de un mes es espeluznante. Entre lo que se regala por medio de Usaid están los recursos para sostener entidades como la OMS o la misma ONU.
Estos recortes me hacen acordar de lo que dijo James Monroe a principios del siglo XIX: “América para los americanos”.
La burocracia internacional es muy grande y costosa. Muchas de estas entidades tienen gran cantidad de burócratas con sueldos y prebendas millonarias que poco hacen por la humanidad. Lo acontecido con la OMS durante la pandemia es un buen ejemplo.
En muchos casos, Estados Unidos da más del 80 % de los recursos de manutención de estos elefantes blancos, como tener sentado a Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Con los recortes logrados hasta ahora, podrían darle un cheque de 5.000 dólares a cada estadounidense.
La política internacional ha cambiado mucho en los últimos años. Es mucho más pragmática y menos mentirosa. Yo creo que así debe ser. Si se quiere ayudar, se debe hacer con los aliados y los que persiguen objetivos comunes. Eso de andar regalando recursos por el mundo a cambio de nada pasó de moda en Estados Unidos.
Las finanzas públicas estadounidenses están en cuidados intensivos, tal como las de muchos otros países del mundo. La deuda pública aumenta día a día y existen riesgos de que el dólar deje de tener la relevancia y poder que ha tenido hasta ahora. Es por eso que cualquier ahorro es válido.
Por último, el fenómeno inflacionario del mundo se ha vuelto recurrente. Ni Estados Unidos, ni otros países, han podido bajar las tasas de interés de sus bonos. Esto ha hecho que los costos de la deuda sean mayores y, por consiguiente, haya menos recursos para inversión o regalar en peleas ajenas.