Claudia Varela, columnista

Opinión

¿Hay vida en tus sueños?

La gente ya no trabaja solo por plata.

Claudia Varela
2 de marzo de 2025

Me pregunto todos los días cuáles son los principales motivadores de la gente hoy para pertenecer a una organización. En mi experiencia, con conversaciones francas de coaching y colegas descubro que la inspiración desde la empresa y los líderes es fundamental. La gente ya no trabaja solo por plata.

En el State of the Global Workplace 22, investigación hecha de manera global por GALLUP, se muestra que el 79 % de los empleados no están comprometidos en su lugar de trabajo y el 73 % están considerando dejar el empleo actual.

Adicionalmente, si observamos por regiones, en Latinoamérica el 53 % de los encuestados afirmó tener preocupaciones diarias, el 50 % stress, el 15 % sentimientos de ira y otro 15 % sentimientos de tristeza. Esto, si lo sumamos a las variables macro ambientales que generan más desasosiego, podríamos decir que parte de la inspiración se está perdiendo.

Hablando de otro estudio realizado en el sector salud durante la época pospandemia se encontró una correlación positiva entre la motivación y el desempeño laboral, se demostró que la motivación influye significativamente en el desempeño de los trabajadores. Los resultados mostraron que un aumento del 10 % en la motivación se traduce en un incremento del 5 % en el desempeño laboral.

Conozco muchos que han dejado su trabajo, que han cambiado de país y que se han divorciado (no veo esto como una buena o mala noticia, sino un cambio que sí se da es porque era necesario). Lo anterior lo leo como un cambio de energía, es como si muchos ya no quisieran vivir en automático.

Las organizaciones que quieran evolucionar con estas nuevas formas de expresión y crecer innovando deben entender que el mundo ya no es como hace unos años. Las jornadas laborales de menos horas, menos días, el trabajo por resultados ya es una historia recurrente, frecuente, entre quienes quieren inspirar y liderar.

¿Por qué un lugar de trabajo puede perder la capacidad de inspirar?, ¿por qué una empresa puede aburrirte?, ¿por qué de repente un día ya no queremos estar ahí?, ¿por qué no decidimos cambiar cuando hay que decidirlo?

Por supuesto hay respuestas inmediatas, los más racionales dirán que necesitan el sueldo. Punto. Pero creo que esa respuesta es incompleta. Pensemos primero que para lograr inspirar tiene que existir un tema que vaya más allá de lo que se ve a simple vista y claramente no a todos nos inspira lo mismo.

Piensa que te inspira, qué inspira a tu equipo, qué inspira a los accionistas. Normalmente en la misión siempre habrá una frase que diga que lo más importante es el cliente, el paciente, el distribuidor, el accionista. Digamos que es lógico. Pero piensa más allá si sabes que te inspira (saca el sueldo de la ecuación) y piensa con la mano en el corazón dos cosas, si sabes realmente que inspira a los miembros de tu equipo y si tienes claro que te mueve en la vida, que es lo que te hace levantarte feliz en las mañanas. Ir a trabajar un lunes sonriendo.

Y esto no es un tema de edad, es un tema de cómo afrontas la vida y como funcionas como líder y como individuo.

Las organizaciones que quieran trascender, crecer, evolucionar tienen la obligación de inspirar a sus clientes y a sus empleados, dando la posibilidad de que cada uno crezca y desarrolle su potencial en lo que quiere. No es necesariamente el salario (por supuesto hay que pagar bien) pero es también dar beneficios, confianza, posibilidad de que desarrolles tus destrezas en paralelo. Si en tu organización hay cantantes, actores, pintores, conferencistas, escritores… Dales herramientas para que crezcan, no les cortes las alas, si están felices de manera integral, su compromiso con la empresa donde trabaja seguro también va a aumentar.

“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.”, Mario Benedetti.

“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.”Mario Benedetti.