PROYECCIONES

¿Colombia se va a rajar en materia fiscal?

Un análisis del Scotiabank sostiene que en las próximas revisiones del país que hagan las agencias calificadoras de riesgo, estas no le quitarán el grado de inversión, pero sí le bajarían su nota por sus persistentes vulnerabilidades fiscales.

26 de marzo de 2019
El grado de inversión inicia a partir de la calificación BBB. | Foto: Getty Images

Es un hecho que el país comenzó un proceso de recuperación económica el año pasado, impulsado inicialmente por el gasto del Gobierno. Se espera que este año el principal motor sea el gasto privado. Esta expectativa de Sergio Olarte, jefe de investigaciones de Scotiabank Colpatria, se basa en el crecimiento que ha tenido la importación de bienes de capital, que en los últimos seis meses ha subido a un ritmo de 10%.

Su argumento es que estas importaciones, que se concentran principalmente en maquinaria para transporte y construcción, son una prueba de que el sector privado está más interesado en invertir y eso puede ser un gran propulsor de las obras de infraestructura de cuarta generación (4G), así como de la demanda interna, que podría crecer este año 4%.

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Olarte advierte, sin embargo, que el PIB no crecería en la misma proporción que la demanda doméstica (su pronóstico es que crezca 3,38% este año), debido a que en ese indicador no se incluyen las importaciones que hoy son el rubro más dinámico. Sí se incluyen en el PIB las exportaciones, las cuales avanzan a un ritmo mucho más lento.

Justamente esa diferencia entre importaciones y exportaciones es una de las causas que ha llevado a una ampliación del déficit de cuenta corriente, que es un indicador que totaliza los flujos comerciales de bienes, servicios, ingresos y pagos que se hacen desde un país al exterior y viceversa. El país está en déficit porque importa más de lo que exporta y esto se ha convertido en una de las principales vulnerabilidades de las finanzas públicas.

“Si ese déficit era alto en el pasado no era tan grave como ahora, cuando 38% de los TES tasa fija del país (que son los papeles de deuda más líquidos) están en manos de extranjeros y ellos están muy pendientes de todas las métricas para comparar a los países en los que pueden invertir”, señala el experto de Scotiabank.

El mayor déficit de cuenta corriente, que es un tema que también preocupa al Banco de la República, así como la sostenibilidad fiscal de largo plazo son dos de las razones que han hecho que muchos analistas teman que el país se quede otra vez sin su preciado grado de inversión, el cual perdió en 1999 y le tomó 12 años recuperarlo.

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Mejor que el vecindario

El grado de inversión es un atributo que dan las agencias calificadoras de riego a aquellos países en donde consideran que es más seguro invertir, lo que trae como consecuencia que estas economías se pueden financiar más barato en el exterior.

Sergio Olarte, economista jefe del Scotiabank Colpatria

Olarte considera que si bien habría motivos para que a Colombia le cambien su calificación de riesgo, el país tiene la ventaja de que su economía luce mejor que la de muchos de sus vecinos y a esto se suma que las calificadoras no suelen ser buenas predictoras de lo que ocurre en un mercado, sino que llegan después de que pasen los hechos.

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Por eso su pronóstico es que al país no le bajarán su grado de inversión, sino que le reducirían un escalón en su calificación. Estas calificaciones se usan en una escala que va de AAAA (la mejor) a D (para países incumplidos). El grado de inversión empieza en BBB y Colombia está en ese nivel. Al país le podrían bajar a BBB-, el problema sería que los pasen a BB.

Olarte agregó que en caso de que se dé su predicción y al país quede en BBB- no habría una gran reacción de los mercados, pues estos llevan unos seis meses negociando los papeles colombianos como si tuvieran esa calificación, en otras palabras, ya habrían descontado el cambio.

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