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Pensiones en el fútbol: la lucha que llevan miles de exfutbolistas por una profesión digna en Colombia; SEMANA cuenta algunas de esas historias
Según datos de Acolfutpro, cerca de 8.000 exfutbolistas no tuvieron la posibilidad de aspirar a una pensión de vejez, invalidez o muerte.
Víctor Luna se murió esperando la pensión que merecía en el fútbol colombiano. Clubes como América, Nacional, Once Caldas y Medellín expresaron sus condolencias por la partida del antioqueño el pasado 28 de enero. Sin embargo, esos mismos equipos –en vida– no cotizaron sus semanas a pensión que el campeón del torneo colombiano en 2022 se merecía, según relatan a SEMANA sus familiares.
William fue el preparador físico que hizo parte del Deportivo Independiente Medellín S.A. (en liquidación), entre el 12 de enero de 1999 y el 30 de junio de 2003. Además, estuvo laborando en el año 2012.
Junto a Luna, en el año 2002, consiguieron el título profesional para la escuadra antioqueña. En 2003 fueron semifinalistas en Copa Libertadores. En 2004 volvieron a ser campeones con Pedro Sarmiento y para 2009 y 2016, el DIM se coronó como el mejor equipo de Colombia, de la mano de Leonel Álvarez.
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Villla hizo parte de la preparación física de jugadores tan históricos e inolvidables para la hinchada ´poderosa´ como David González; Jhon Javier ‘Choronta’ Restrepo, Mauricio ‘Mao’ Molina, Jackson Martínez o Juan Guillermo Cuadrado. Sin embargo, en la institución que un día fue sociedad anónima y hoy se encuentran en liquidación, lo niegan.
“Quiero que reconozcan que fui trabajador del DIM. En 2016, me di cuenta de que había un faltante en mis semanas cotizadas a pensión y se los notifiqué. Confíe en ellos y quise hacer las cosas por las buenas. Por eso nunca los presioné o demandé, pero seguían negándome”, cuenta William Villa a SEMANA.
En diciembre de 2012, los socios del DIM accedieron a la venta del 62 % de las acciones, para convertirse en ‘El Equipo del Pueblo’, figura vigente.
“El Equipo del Pueblo S.A. no tiene ninguna reclamación en temas relacionados con las pensiones de sus empleados y de sus exempleados, nosotros hemos ayudado, orientando y redireccionando, a los exfutbolistas y trabajadores para que realicen sus reclamaciones a la sociedad que en ese momento fue su empleador (Deportivo Independiente Medellín S.A.) entidad que en la actualidad es una sociedad vigente”, indicaron desde la actual administración del equipo antioqueño.
Sin embargo, según explicó Carlos González Puche, director ejecutivo de Acolfutpro, la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, las pensiones son un derecho que no prescribe.
“El empleador es responsable por esa obligación, no importa el término de duración de la demanda o reclamación”, indicó el abogado de la Universidad Externado de Colombia, especialista en derecho penal y con más de 25 años de experiencia en Derecho Deportivo.
A William Villa lo conocen como ‘el amuleto de la suerte’ del DIM. No solo porque estuvo en un equipo que llevaba 45 años sin ganar un título, también porque ganó el más importante de la historia del rojo paisa: la final a su clásico rival, Atlético Nacional.
Es uno de los hombres más queridos del gremio en Antioquia. Su amabilidad y sapiencia son sus principales virtudes. Algunos afirman que ha sido el polo a tierra o el éxito detrás de hombres de carácter fuerte como Pedro Sarmiento o Leonel. Sin embargo, su paciencia también tuvo un límite por la dignificación de su profesión.
En 2019, ante la constante negligencia del DIM con sus derechos laborales, entabló una demanda, lo hizo justo en el año en el que debería estar disfrutando de los frutos de su arduo trabajo.
“Tengo 66 años y un retroactivo de 54 meses. Desde 2019 debería estar pensionado. Me tocó la pandemia sin un peso”, confesó a este medio.
“Me dio tristeza que apelaran y aunque sigo amando al fútbol, sí siento un desengaño con ellos. He perdido mucha calidad de vida”, relata.
El 31 de enero de este año fue la primera audiencia. Ese mismo día, William Villa fue diagnosticado con un cáncer de próstata.
“No hay metástasis y estoy pendiente de cirugía. Pero muchas personas me dicen que esta enfermedad es producto del agotamiento mental y lo que hemos padecido con este tema de las pensiones”, indica.
La muerte ha rondado su cabeza. Por eso, en vida, quiere dejarles a su esposa y sus dos hijas la pensión que él no ha podido disfrutar.
“No niego que el cáncer suena a muerte. Miro el caso de Víctor Luna y pienso que sería un descanso muy grande mi pensión. Aportaría a mi salud mental y a la de mis mujeres. Sigo amando el fútbol, los jugadores y buenos dirigentes y sé que en parte fue mi culpa porque me confié en que me reconocerían la pensión. Por eso, les recomiendo a los colegas que aún están activos, que cuiden mucho esa parte de las cotizaciones en sus equipos”, puntualiza.
Como si fuera una pequeña dosis de alivio, el juzgado tercero laboral del circuito de Medellín emitió un fallo en el que reconoce que él sí fue trabajador del Deportivo Independiente Medellín S.A. en liquidación, entre el 12 de enero de 1999 y el 30 de junio de 2003 y que también lo fue hasta el 31 de diciembre de 2012.
“Declarar que la sociedad demandada Deportivo Independiente Medellín S.A. (hoy en liquidación), no sufragó aportes a la seguridad social en pensiones en favor de William Villa (...). Consecuencia a las anteriores declaraciones ordenar al Equipo del Pueblo S.A. a pagar a Colpensiones el cálculo actuarial pensional dentro de los dos meses siguientes”, indicaba la parte resolutiva del fallo.
El caso de William Villa es solo uno de miles. Según dijo Acolfutpro (Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales) a SEMANA entre el 1 de enero de 1968 y el 31 de diciembre de 2004, se disputaron 40 campeonatos, 34 anuales y seis semestrales.
Se disputaron, en total, 13.803 partidos y se anotaron 35.000 goles. Las cifras del no pago de aportes a pensiones y salud son escalofriantes. En números no oficiales de la Dimayor, participaron, en promedio en esas competiciones mencionadas, cerca de 8.000 futbolistas, quienes, pese a ser trabajadores, no tuvieron la posibilidad de aspirar a una pensión de vejez y muerte, mucho menos por invalidez.
”Teniendo en cuenta que desde 1967 se dio la ampliación de los beneficios del sistema de seguridad social y se aprobó en el Instituto Colombiano de Seguros Sociales el reglamento de inscripciones, aportes y recaudos para el seguro de invalidez, vejez y muerte, por lo que, en teoría, los clubes debieron hacer aportes de sus futbolistas trabajadores para pensión, delimitamos entre 1968 y 2004, año en el que nació Acolfutpro y exigió la afiliación de los futbolistas al sistema de seguridad social, el periodo en el que los futbolistas profesionales nunca cotizaron para pensiones”, dijo a SEMANA Carlos González Puche.
Aunque Acolfutpro ha sido tildada de ser una asociación sindicalista que, en boca de muchos dirigentes, “quiere acabar con el fútbol colombiano”, no se puede desconocer que ha impulsado el mejoramiento de la calidad de vida del futbolista profesional colombiano y de sus familias y que ha protegido sus derechos, “en especial el derecho fundamental al trabajo en condiciones dignas y justas”, como dice en uno de los ítems de sus funciones.
Parece irónico, pero Carlos González Puche, director ejecutivo de Acolfutpro, hace parte de la estadística de los futbolistas sin pensión. Antes de ser profesional en derecho, integrar el Board de la Fifpro o pertenecer al Tribunal de Fútbol de la Fifa, fue futbolista en la década de los ochenta en Millonarios, América y Cúcuta Deportivo.
“Por el fútbol no tengo una sola semana cotizada a mi pensión. Los exfutbolistas están sufriendo el rezago sobre el incumplimiento de los clubes profesionales del pago de pensión. Antes de la creación de Acolfutpro no pagaban pensión”, insiste.
Según cuenta a SEMANA, en el estatuto del jugador proferido por Dimayor de la época, estaba establecido en el artículo 8 que si un futbolista demandaba un club, no podía ejercer su actividad hasta que la demanda se cumpliera.
Incluso el Ministerio del Deporte sancionó y llevó a cabo procesos administrativos contra los clubes del fútbol profesional y la división mayor.
Cabe recordar que el Ministerio del Trabajo anunció que formularía cargos y haría una investigación a las máximas entidades del fútbol colombiano, por presuntamente negarse a negociar con el sindicato de futbolistas en lo que tiene que ver con el pliego de peticiones que permitan negociar la mejora en las condiciones laborales de los jugadores.
Iván Mauricio Restrepo Fajardo, de la firma RPO y Fajardo asociados, es abogado especializado en pensiones y lleva ocho casos de exfutbolistas y hasta entrenadores activos a quienes los equipos no les han cotizado sus semanas laborales.
“Por décadas, los clubes han tenido abandono frente a los futbolistas. No acostumbraban a pagar la protección y el Estado ni los miraba”, dijo a SEMANA.
Fue este profesional de la ley el que llevó con éxito la demanda de Miguel Escobar, uno de los futbolistas más destacados del Deportivo Cali, y uno de los mejores defensores centrales de la Selección Colombia.
La Corte Suprema falló a su favor para que le reconocieran las prestaciones sociales que dejó de percibir entre 1967 y 1980.
“Se debe entender que estamos frente a un trabajador con derechos mínimos y básicos con el pago de su salario y su seguridad social. Quieren eludir una obligación constitucional que la tiene cualquier trabajador en Colombia”, dijo el abogado.
Así mismo, lleva el proceso de Moisés Pachón, un exfutbolista y entrenador colombiano que se desempeñó como lateral y jugó en Independiente Santa Fe, Deportivo Cali, Millonarios y Deportivo Pereira.
Jugó desde 1974 a 1986 y, según las cuentas, estaría hace seis años disfrutando de su pensión. Increiblemente, Moisés fue víctima de un sistema del que su hermano, Efrain Pachón, fue dirigente. Se desempeñó como presidente de Independiente Santa Fe entre 1986 y 1989, trabajó en el Cucuta y en la Federación Colombiana de Fútbol como vicepresidente y tesorero. Sin embargo, Moisés sabe que su hermano es el menos culpable.
“En esa época no había respaldo de derecho. Estábamos totalmente desamparados, no se había establecido el estatuto del jugador”, dijo a SEMANA.
La defensa de este exfutbolista de 68 años pide que Santa Fe, Millonarios, Deportivo Pereira, Deportivo Cali, Once Caldas y Cúcuta Deportivo reconozcan una pensión por el salario mínimo para la protección de su vejez.
De futbolista a vigilante de un edificio
Jairo León Taborda hizo parte del Kinder de Zubeldía, Osvaldo, aquel recordado técnico argentino que en 1976 y luego en 1981 fue campeón con Atlético Nacional.
“Nacional fue despojado por las selecciones de Colombia y Perú para las eliminatorias del Mundial de 1982 de los jugadores César Cueto y Guillermo Larrosa, por un lado, y de Hernán Darío Herrera, Eduardo Emilio Vilarete, Pedro Sarmiento y Jorge Porras, por el otro. Sin seis de sus titulares, Zubeldía debió echar mano del famoso Cosmos de la Primera B y poner en cancha un equipo con jugadores canteranos e inexpertos. Con ellos fuimos campeones brillante y épico como los de aquellos días”, relata en las ‘Cápsulas de Carreño’ Miguel Robledo Restrepo.
Taborda inició en Selección Antioquia. Además de triunfar en Nacional, hizo parte de la Selección Colombia juvenil. El fútbol le dio un inolvidable título en el 81, pero le quitó el trofeo más importante: su pensión.
“Nunca tuvimos esa oportunidad de cotización, tuve un contrato por cuatro años con Nacional y Caldas. No me dieron ni pensión, ni a salud”, dice a SEMANA.
Las lesiones lo obligaron a dejar de lado el balón. De las canchas de fútbol pasó a Fábrica de Licores. Trabajó en varias empresas por prestación de servicios y hasta una escuela de interés social en Envigado.
Ya no hace equipos con Lorenzo Carrabs, Luis Fernando López, Luis Fernando Suárez, Héctor Dragonetty, Víctor Luna, Hernán Darío ‘El Bolillo’ Gómez, Norberto Peluffo, Gabriel Jaime ‘Barrabás’ Gómez, Iván Darío ‘El Chumy’ Castañeda o Carlos Ricaurte. Sus coequiperas son su esposa y su hija.
“La vigilancia es mi sustento, tenía que pensar en mi familia. Si hubiera cotizado mis pensiones estaría sin trabajar hace rato, pero en esa época no ganábamos tanto”, declara.
Ya no escucha en el estadio las ovaciones de los hinchas, pero sí un “buenos días”, “gracias”, “¿me dejaron un paquete?” de los vecinos del edificio que cuida.
“Estoy muy agradecido con este trabajo. La gente me trata muy bien y muchos me reconocen como exfutbolista. Sin embargo, tengo que decir que le entregué mucho al fútbol y es triste que no nos reconozcan las pensiones”, aclara con tristeza.
Al cierre de esta nota, SEMANA conoció que hay una iniciativa de más de 20 futbolistas para demandar en conjunto a los equipos que no cumplieron con las pensiones del año 2004 hacia atrás.
“Los contratos en esa época se hacían hasta donde llegaba en el campeonato, reconocemos que faltó capacitación e interés del jugador, pero aún así, merecemos nuestra pensión”, indica.
Mientras en plena Semana Santa, el Senado de la República se reúne para discutir la reforma pensional, los deportistas del balompié nacional quieren que se les haga el milagro y que los clubes reformen lo que un día les desonocieron: las pensiones.
“No somos malagradecidos, estamos desprotegidos y entregamos nuestro talento y vida al club. Debe haber una rearticulación. Si pagan sueldos de 150 millones, por qué nos desconocen. Deberían poner topes salariales y pagar a los trabajadores del pasado”, dice a este medio un entrenador que está activo y que guarda su nombre por miedo a ser despedido, y cierra con una reflexión de la triste realidad del futbolista.
“Somos una mercancía, nos ofrecen un valor. Nos dan valor por el momento, después nos desconocen. Eso es falta de ética. Se desconoce a la persona más que al jugador”, concluye.