MÚSICA

Lo bello y lo sublime: Schubert, la tecnología y el saber impulsan el Cartagena Festival de Música 2020

Del 4 al 12 de enero, el evento ofrece un recorrido de 60 años de música centrado en Franz Schubert en su edición XIV. Esto mientras se proyecta como epicentro de intercambio y discusión de música culta en el continente.

7 de diciembre de 2019
Los teatros, iglesias, plazas y parques de Cartagena ofrecen al festival sus inigualables escenarios.

En el curso de sus 13 ediciones, el Cartagena Festival de Música se ha convertido en un evento saludable y único que se sigue proyectando. Su promesa básica no cambia en 2020; del 4 al 12 de enero ofrecerá emocionantes conciertos de música clásica con figuras prominentes en el marco mágico de La Heroica. Pero en su edición 14 se propone llegarle a una mayor cantidad de público e involucrarlo con una agenda musical de vertientes clásicas europeas y latinoamericanas, y espacios dedicados al intercambio de experiencias, producciones, investigaciones, talleres y saberes.

Como lo hace tradicionalmente, el festival parte de un concepto y de una imagen que lo transmite. En esta ocasión, La ascensión de Remedios, la bella, una obra de Álvaro Barrios inspirada en las letras de García Márquez, arropa con folclor colombiano el concepto de lo bello y lo sublime, que surge en el periodo transicional que cubrirá el evento. Pues la evolución del lenguaje del estilo clásico al romántico (el paso de lo bello a lo sublime) tuvo lugar entre la segunda mitad de 1700 y la primera de 1800 con cuatro protagonistas vieneses: Haydn (1732-1809), Mozart (1756-1791), Beethoven (1770-1827) y Schubert (1797-1828).

Sobre estos cuatro históricos, el director general del festival desde 2013, Antonio Miscenà, anota que “la música de los dos primeros se considera una expresión madura del estilo clásico, mientras que la de Beethoven y Schubert presenta características de la transición del lenguaje clásico al romántico”. Así, explica por qué dedica el 60 por ciento de la programación a Schubert, integra a Beethoven como segunda figura y, en menor medida, a Mozart, Haydn y Salieri. Desde este foco, el festival viaja a una Viena vibrante, en años posteriores a la Revolución francesa en los que la nueva sensibilidad romántica marcó el comienzo de la temporada clásica.

Schubert además dejó una profunda huella, pues orquestó un cambio de paradigma. A diferencia de lo que prevalecía en el siglo XVIII, puso a la música al mismo nivel que las letras. En sus cortos 31 años parece no haber perdido un segundo. Escribió 600 lieder (canciones), en los que, como cuenta Miscenà, “el pianoforte determina la tensión psicológica y crea el clima y la atmósfera de la narración, que determina los tiempos y que acentúa a un personaje por encima de otro”. El repertorio incluye dos ciclos de lieder, cinco de sus nueve sinfonías y obras de cámara, todas interpretadas por artistas conocidos por su interpretación especializada, como la Camerata Royal Concertgebouw, la orquesta residente de esta edición.

A la orquesta holandesa se unen la Camerata de Salzburgo e intérpretes de enorme calidad y reconocimiento mundial. La edición 2020 cuenta con talentos locales, entre los que se destaca el prodigio del cello Santiago Cañón, con estrellas reconocidas como la mezzosoprano Elisabeth Kulman y una figura schubertiana como ninguna: Ian Bostridge. El británico no solo es el tenor que mejor interpreta a Schubert, también un hombre de letras que le dedicó ‘Viaje de invierno’ de Schubert: anatomía de una obsesión, un ensayo traducido al español en 2019 en el que descubre la entraña de una de las composiciones más impactantes del compositor. Bostridge interpretará varias obras y protagonizará una conversación musical en torno a ese texto, que la crítica considera “fundamental para comprender la fuerte relación entre los ‘lieder’ del compositor vienés y la gran tradición cultural germana”.

Al respecto, Bostridge le dijo a El País de Madrid que Winterreise (Viaje de invierno) merece enmarcarse entre las obras maestras de la creación humana “en la misma medida que Dante o Shakespeare, Van Gogh o Picasso”.

La imagen de Álvaro Barrios encapsula la magia de esta edición XIV. En ella participarán talentos como Ian Bostridge, Santiago Cañón, la Camerata Royal Concertgebouw y la Camerata Salzburg.

Julia Salvi, directora y fundadora de la Fundación Salvi, que ha impulsado este festival desde su inicio. Foto: Wilfredo Amaya

El otro camino: academia, exploración y youTube

El festival apunta a entretener y a congregar desde la música clásica. Pero, paralelamente, le abre a la audiencia y a los músicos caminos de academia, instrucción y exploración.

Miscenà y su equipo notaron que ese componente de interacción generó gran interés en ediciones pasadas. Por eso ahora contará con su propio espacio. El Centro de Convenciones se convertirá así en Suena Suramérica, un lugar que la organización describe como “un punto de encuentro de experiencias, producciones y artistas del mundo de la música latinoamericana. Un contenedor de ideas, actividades e iniciativas donde el componente artístico y creativo se encuentra con los componentes productivos, distributivos, formativos y profesionales de la música”.

Este se divide en cinco espacios definidos: conciertos serie latinoamericana; laboratorios de investigación; talleres de música; sala multipropósito y Expo Música.

En esta sala los conciertos tienen un fuerte ingrediente latinoamericano y también exploratorio. Para la muestra, el DJ colombiano Julio Victoria tocará junto con un quinteto de instrumentos electrónicos en el que sobresale el arpa llanera y una orquesta de 20 cuerdas acústicas, en una fusión que vale la pena escuchar.

En los otros espacios, con presencia de universidades y entidades como la Escuela de Luthería de Cremona, algunos músicos mostrarán sus investigaciones.

Allí el público también podrá conocer artistas, asistir a presentaciones de proyectos, probar un instrumento hecho por maestros luthiers o por marcas de prestigio, tener experiencias multimedia en vivo, informarse sobre la oferta educativa de las universidades colombianas, actualizarse sobre producciones y más. Habrá así mismo reuniones educativas, oferta de libros, algunos CD, LP y artilugios musicales.

Incluso en uno de estos espacios, Google se unió para enseñar a sacar el máximo provecho de YouTube con nuevas perspectivas para crear y para dar a conocer su trabajo. El espacio está abierto al público y ofrece sesiones de aprendizaje en temas relacionados con el aprovechamiento de la plataforma. Los expertos de Google y los youtubers invitados presentarán tendencias, consejos sobre mejores prácticas y casos reales en la industria.

Así pues, como sentencia Miscenà, el festival “tiene dos almas”: la que revive a Viena mediante sus músicos más aplaudidos y la que, desde una mirada latinoamericana, experimental y académica, se proyecta para que el festival se convierta en un futuro próximo en el lugar en el que el continente se reúne alrededor de la música culta.