ESCENARIO

Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo: 10 años de exaltación

El escenario y centro cultural cumple diez años este martes. A modo de festejo, su director, Ramiro Osorio, comparte con SEMANA las anécdotas que lo marcaron en esta década de actividades y una selección de sus presentaciones más inolvidables.

23 de mayo de 2020
Osorio recuerda con cariño el concierto binacional con la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela y músicos de seis orquestas colombianas, que condujo Gustavo Dudamel. También Auge y caída de la ciudad de Mahagonny, una coproducción con el Teatro Colón de Buenos Aires y el Municipal de Santiago. Más de 35.000 artistas se han presentado en el Teatro Mayor. | Foto: CORTESÍA TEATRO MAYOR JULIO MARIO SANTODOMINGO

El 26 de mayo de 2010 abrió sus puertas el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Una década y 1.536 funciones después, ese espacio (reconocido especialmente por su sala principal, de sonido impecable y colores cálidos) ha impactado poderosamente al entorno cultural de la ciudad. Lo ha logrado con una propuesta curada que mira a lo mejor y a lo más promisorio del arte escénico en Colombia y el mundo; también con un ánimo de llevar sus espectáculos más allá de sus muros, a más públicos de más edades y con un sostenido compromiso social y de enseñanza.

Ramiro Osorio en la sala principal del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. El centro cultural se ha hecho indispensable para la escena del país y la región, y se proyecta mucho más allá de sus instalaciones físicas con su oferta virtual.

Por obvias razones, el festejo tendrá lugar virtualmente. Desde el 25 de mayo el Julio Mario presentará sus mejores espectáculos en su plataforma Teatro Digital. Mientras eso sucede, Ramiro Osorio, director y voz del Teatro Mayor, compartió con SEMANA las anécdotas que lo han marcado en esta década.

Países hermanos

“En 2010, el concierto binacional con la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela y músicos de seis orquestas de Colombia se hizo en el marco de la reanudación de las relaciones entre nuestro país y Venezuela, en el Gobierno de Juan Manuel Santos. Con el fin de darle el mayor nivel simbólico y político a ese acto, el Teatro Mayor les propuso a la canciller de ese entonces, María Ángela Holguín, y a la ministra de Cultura, Mariana Garcés, hacer ese concierto.

Fue un hecho absolutamente maravilloso porque implicó una logística grandísima, en la que iba a asistir Chávez –obviamente el expresidente Santos estuvo–, pero hubo unas inundaciones muy grandes en el país vecino y esto le impidió venir. De hecho, los instrumentos de la orquesta venían en un avión militar y casi no llegan porque esos aviones tenían la prioridad de atender esa tragedia. A pesar de eso logramos hacer el concierto y fue muy emocionante. Confieso que no recuerdo haber oído antes, ni después, una interpretación del himno nacional de Colombia que me produjera tanta emoción como ese día. Era una gran masa orquestal, con los mejores músicos de Colombia y Venezuela dirigidos por Gustavo Dudamel; y había de verdad un fervor, un sentimiento de amistad, una certeza de que no hay nada mejor que la cooperación, la paz entre dos países hermanos. Eso fue, realmente, muy bello”.

Ópera triste

“Otra emoción, en sentido contrario, sucedió dos semanas antes de estrenar la ópera ‘Salomé’, porque tuvimos un incendio en la bodega del Teatro y se perdió el 80 por ciento de la escenografía, que era muy corpórea y bella. Para mí fue impresionante, ya que tuve una corazonada. Recuerdo que iba bajando por la 170 en el carro y vi una columna de humo que salía de la zona donde se podía ver la bodega, en Toberín; al ver eso decidí ir hasta allá porque me dije ‘se está incendiando’.

Al llegar vi salir a nuestros técnicos del humo; había llamas impresionantes que quemaron todo lo que se había hecho hasta ese momento de escenografía y todo lo que el Teatro había construido, pero por fortuna no hubo daños personales. Fue una emoción de otro modo, que nos llevó a revisar todos nuestros protocolos de seguridad y a ser de verdad muy cuidadosos”.

El que sabe...

“La presentación de la primera orquesta internacional en el Teatro Mayor fue con la West-Eastern Divan Orchestra, dirigida por Daniel Barenboim. En una pausa del ensayo, el maestro me pregunta quién nos había diseñado la acústica, y le digo: tal empresa de Nueva York, tales ingenieros. Y me responde ‘en este teatro no se puede mentir, todo se escucha perfecto’. Luego se voltea y mira hacia la platea y me dice que la acústica es como la del teatro de la Staatskapelle de Halle, del que ha sido director, y destaca que es la mejor arquitectura que se puede tener para un teatro, porque permite la mejor visión y sonido”.

Mirada joven

“En una de las primeras funciones de nuestro programa social Cien Mil Niños al Mayor, estaba parado en la puerta y vi entrar a dos niñas, como de 8 años, y le dice una a la otra mientras miraban el teatro: ‘oye, esto sí es elegante’. Entonces, eso me dio una bellísima lección de por qué lo público tiene que generar esos sentimientos de apropiación, de emoción, donde la gente se sienta de verdad en recintos que dignifican la vida”.

Danza de uno y todos

“Cuando era estudiante en la Universidad de Guanajuato, en la década de los setenta, vi el ‘Bolero’, de Ravel; pero solo con un bailarín, Jorge Donn, ese histórico bailarín argentino que tuvo el ballet de Béjart en el siglo XX, en el Teatro Juárez. Realmente es una de las más grandes emociones estéticas que he tenido en la vida y siempre quise presentarlo en algún momento, y no había tenido la oportunidad hasta que llegué al Teatro Mayor. En Bogotá fue interpretado un día por un hombre; al siguiente, por una mujer y por todo el cuerpo de baile, entre los que sobresalen algunos bailarines colombianos, que fueron casi 50. Siempre he pensado que cuando uno tiene estas posibilidades de soñar con programar estos espectáculos de gran categoría y no se ha tenido la posibilidad de verlos, es como no leer la ‘Ilíada’ o ‘El coronel no tiene quien le escriba’. Para mí, ese espectáculo es como la ‘Ilíada’ de la danza”. Sus espectáculos favoritos

Las favoritas del director

Osorio compartió con SEMANA sus presentaciones preferidas en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

1. Leipzig Ballet. La gran misa (2011)

2. Béjart Ballet Lausanne, Suiza. Dionysos, Syncope y Bolero (2012)

3. Dutch National Ballet, Holanda. Giselle (2013)

4. Ballet Nacional de España, con Antonio Najarro (2016)

5. Ballet du Grand Théâtre de Genève, Suiza. Tristán e Isolda (2019)

6. Daniel Barenboim & West-Eastern Divan Orchestra, Argentina / España (2010)

7. Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. Director: Gustavo Dudamel (2010 y 2015)

8. Montreal Symphony Orchestra, Canadá. Director: Kent Nagano (2013)

9. The Israel Philharmonic Orchestra. Director: Zubin Mehta (2019)

10. London Symphony Orchestra, Reino Unido. Director: Sir Simon Rattle (2019)

11. Mariinsky Orchestra. Director: Valery Gergiev (2020)

12. Teatros del Canal, España. Viva Madrid: una antología de la zarzuela (2011)

?13. Renée Fleming, Estados Unidos (2012)

14. Carmina Burana, Colombia. Producción del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo (2013)

15. La del manojo de rosas, España / Colombia (2015)

16. Auge y caída de la ciudad de Mahagonny. Coproducción Teatro Mayor, Teatro Colón de Buenos Aires y Municipal de Santiago (2018)

17. Crimen y Castigo, Teatro de Arte de Moscú (2013)

18. Odin Teatret, Dinamarca. El sueño de Andersen (2011) y La vida crónica (2015).