TURISMO

El Jaime Duque, un parque con corazón

Se trata del sitio más representativo de Tocancipá, 200 hectáreas destinadas a ofrecer entretenimiento, cultura y proteger el medioambiente.

10 de diciembre de 2017
La réplica del Tal Mahal es una de las construcciones más icónicas del Parque Jaime Duque. | Foto: Jorge Serrato

El centro cultural que fuera el sueño del capitán Jaime Duque existe hace más de tres décadas en el corazón de los habitantes de la sabana de Cundinamarca, pero no todos saben que se trata de una fundación sin ánimo de lucro que destina las utilidades de la boletería a proyectos que benefician a otros.

Con este principio como norte, el parque ha crecido en los últimos años. Y gracias a la gestión de Rafael Torres, gerente del parque, se están desarrollando programas para la conservación de la vida humana, la biodiversidad, la memoria histórica y la cohesión familiar. Al parque temático y al bioparque, sus espacios más famosos, se han sumado varios museos, un centro de vida que atiende enfermedades congénitas de difícil manejo para niños de escasos recursos y el desarrollo de un ecoparque que actualmente es el proyecto de restauración ecológica más importante de la región.

El Bioparque Wakatá se dedica al cuidado de animales rescatados de redes de tráfico y a la conservación de especies colombianas amenazadas o en peligro de extinción. Procura diseñar hábitats amigables y adecuados para el bienestar y la reducción del estrés de cada animal rescatado. Además, participa en programas de conservación para el oso andino y otras especies propias de la región, como los zorros, la tingua moteada (ave endémica de la sabana de Bogotá) o el coatí de montaña.

Una de las iniciativas que más llama la atención de los visitantes es que, con el apoyo de aliados chilenos y nacionales, el bioparque está liderando el programa de cría de cóndores. La idea es poder liberarlos en parques nacionales naturales y contribuir así a la repoblación de una de las especies más amenazadas del país.

También en la línea ambiental y de biodiversidad, el parque viene desarrollando un proyecto grande y que promete tener alto impacto: el Ecoparque Sabana, que busca restaurar un bosque de alto andino. Está pensado como un proyecto participativo de revegetación y conservación de la flora y fauna que involucre a las comunidades industriales, educativas y de habitantes de Tocancipá, Sopó y Zipaquirá (Sabana Centro), para aumentar así su impacto social. Cuenta con más de 60 hectáreas, de las cuales seis pertenecen a humedales, y fue declarado reserva natural de la sociedad civil en mayo de este año.

El proyecto inició hace dos años y se espera que abra sus puertas al público en 2020. Desde ya se perciben efectos positivos en el medioambiente y la salud de las personas: el número de especies de aves registradas ha aumentado de 15 a 65, por ejemplo; y, gracias a que el bosque se comporta como un área de microclima, está ayudando a mejorar la calidad del aire en un municipio industrializado que recibe altas emisiones de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, el parque cuenta con varios museos como el Jaime Duque, que funciona dentro del Taj Mahal y explora la historia de su fundador, y el Museo Aeroespacial Colombiano de la Fuerza Aérea y el Parque Museo de las Fuerzas Militares de Colombia que en esta época de posconflicto se han comprometido con el análisis y la comprensión de los fenómenos que dieron lugar al conflicto colombiano.

El lugar también recibe con frecuencia exposiciones artísticas, en alianza con el Museo Nacional, y realiza eventos musicales y de danza. De esta manera, se ha trabajado para que la gente pueda encontrar un lugar para la cultura, más allá de las experiencias de aprendizaje que ya ofrecían las atracciones temáticas y arquitectónicas que lo hicieron famoso al inicio.

Por otro lado, una de las acciones más sorprendentes y valiosas que está ocurriendo en el Jaime Duque es el desarrollo de varios proyectos sociales de la mano de la Fundación Proyecto Unión. El parque donó los terrenos y está apoyando la construcción del Centro de Vida Los Ángeles, conformado por un hogar para niños con cáncer (que será inaugurado el próximo mes de diciembre), otro para menores que han sido abandonados en hospitales a causa de sus enfermedades y una unidad pediátrica para atenderlos. Estos espacios recibirán a familias sin recursos que muchas veces vienen del campo en busca de tratamientos de salud y tendrán el hospedaje y la comida asegurados mientras atraviesan estos difíciles procesos. Además, los niños estarán en un lugar que les permitirá el contacto con la naturaleza y los animales, con lo cual sus enfermedades serán más llevaderas.