‘Voces a prueba de balas’: una campaña por los defensores de derechos humanos

En todos los rincones de Colombia existen voces que trabajan por los derechos colectivos. La tierra, la paz, la vida y el territorio son algunos de los temas que atraviesan las luchas que lideran todos los días defensoras y defensores de derechos humanos. Lo hacen sin tregua, para tratar de mejorar las condiciones de lugares que han estado en los márgenes, para buscar cambios que beneficien a sus comunidades e, incluso, al país entero, o para frenar acciones que a futuro afectarán los derechos. Son, en síntesis, guardianes de la vida.

Librar estas luchas en un contexto como el colombiano, marcado por las violencias y el conflicto armado, ha dejado a los defensores en medio de las disputas y los ha convertido en objetivos para múltiples actores, armados y no armados, que han visto en ellos un obstáculo para desarrollar sus intereses sobre territorios y comunidades. De ahí que se encuentren en riesgo permanente y que la defensa de los derechos humanos sea una labor peligrosa en el país.

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Entre enero de 2009 y junio de 2019, el Sistema de Información sobre Agresiones contra Personas Defensoras de Derechos Humanos (SIADDHH), del Programa Somos Defensores, registró 746 asesinatos; cientos de vidas que fueron arrebatadas por la violencia para interrumpir procesos y desaparecerlos. El temor de estos activistas es permanente, las agresiones son diversas al igual que los actores que las ejecutan, y parecen estar lejos de desaparecer. No obstante, el impulso de estas personas de trabajar por los derechos de sus comunidades es mucho más fuerte que el miedo que otros tratan de imponerles y, por eso, continúan avanzando en sus procesos y poniendo en riesgo su propia vida.

La campaña ‘Voces a prueba de balas’, del Programa Somos Defensores, es un reconocimiento a esa fuerza sin límites de quienes defienden los derechos en Colombia. Es una manera de evidenciar, a través de 11 testimonios de personas de diferentes regiones y que defienden diversas causas, que sus luchas trascienden sus mismos liderazgos y sus comunidades, y que son más fuertes que las armas con las que pretenden silenciarlos. Es también un llamado a la sociedad en general para que reconozca su importancia y la necesidad de garantizarles sus derechos, porque al callar sus voces los violentos también nos están callando como país.

*Coordinadora de Comunicaciones, Incidencia y Sistema de Información del Programa Somos Defensores.