COLUMNA

Más viviendas adaptadas contra el cambio climático en Colombia

El Fondo Adaptación ha entregado 30.700 de ellas en todo el país, desde La Guajira hasta el Amazonas. Su gerente nos cuenta cómo lo han conseguido.

Iván Mustafá*
30 de julio de 2018
Para las viviendas tuvimos en cuenta los análisis de riesgo, y el respeto por los usos y costumbres de cada región. | Foto: Cortesía Ministerio de Vivienda

En 2010, cuando comenzó la presidencia de Juan Manuel Santos, llovió como nunca y se nos inundó el país, de hecho, más del 90 por ciento del territorio nacional quedó afectado por el fenómeno de La Niña.

Pero esta crisis se convirtió en una oportunidad para el Fondo de Adaptación, entidad que en los últimos cinco años ha permitido que más de 3 millones de colombianos mejoren su calidad de vida y sean menos vulnerables a los efectos del cambio climático.

Lo primero que hicimos fue pensar a largo plazo con estudios de riesgo a 100 años (de eso hablamos en la página 50). Así invertimos más de 7 billones de pesos en obras que se desarrollan en todo el país. Hoy sabemos que adaptar la infraestructura al cambio climático no es pelear contra la naturaleza sino aprender a convivir con ella.

Muestra de esto son las 30.700 viviendas entregadas (53 por ciento rurales y 47 por ciento urbanas) desde el sitio más extremo en el norte de Colombia: Punta Gallinas y Siapana, en la alta Guajira; hasta el más lejano en el sur, en Leticia, Amazonas. Para conseguirlo siempre tuvimos en cuenta los análisis de riesgo, que implican construir en sitios seguros, y el respeto por los usos y las costumbres de cada región.

En La Guajira, por ejemplo, construimos 685 casas dispersas en el desierto que permiten a los hermanos wayuú pasar de ranchos de cinco metros cuadrados a viviendas de 46 metros cuadrados, hechas con material ecoamigable que reduce la temperatura en el interior entre 5 y 8 grados celsius, con baños ecológicos que no requieren agua, y algunas con paneles solares. Además son resistentes a los fuertes vendavales, soportan vientos de hasta 130 kilómetros por hora.

Otro caso que nos enorgullece es el de Riosucio (Chocó), cerca de la frontera con Panamá, en donde mejoramos considerablemente la calidad de vida de los beneficiados con casas palafíticas, en madera certificada, que están por encima de la cota de inundación. Tienen cocina, baño, dos alcobas y andenes en concreto.

Estos son solo dos ejemplos de un gran legado en todo el país: infraestructura adaptada al cambio climático y conocimiento adquirido para que el país sea menos vulnerable.

*Gerente del Fondo Adaptación.