La Carpa del Mañana

“El arte siempre ha servido para reclamar contundentemente la justicia”: Patricia Linares, presidenta de la JEP

En la Carpa del Mañana de ARCADIA en la FILBo, la presidenta de la Jurisdicción Especial para la Paz conversó con el escritor Ricardo Silva Romero sobre los diálogos entre justicia restaurativa, arte y cultura para pensar la reparación de las víctimas del conflicto armado colombiano.

RevistaArcadia.com
28 de abril de 2019
“El arte siempre ha servido para reclamar contundentemente la justicia”: Patricia Linares, presidenta de la JEP. Foto: Mauricio Flores.

Este contenido forma parte del cubrimiento de ARCADIA de la Carpa del Mañana en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, un espacio que es posible gracias a una alianza con el British Council. Este evento con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) contó con el respaldo de esta entidad en el marco de su compromiso con la centralidad de las victimas del conflicto armado en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición.

Desde el 15 de enero de 2018 empezaron a regir las funciones judiciales de la Jurisdicción Especial para la Paz, con Patricia Linares presidiendo. Mucho se ha hablado sobre esta entidad en las últimas semanas, sobre todo desde las objeciones del presidente Iván Duque y la orden de captura de alias ‘El Paisa’. Pero pensar la justicia en el conflicto armado es un tema grueso y vasto para el cual, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, la Carpa del Mañana de ARCADIA abrió un espacio de diálogo para hablar, entre otras cosas, del papel del arte en la construcción de la paz y el camino hacia una justicia restaurativa en el posconflicto. Linares se sentó con el escritor y columnista Ricardo Silva Romero y con Camilo Jiménez Santofimio, director de ARCADIA, para dar algunas luces al respecto.

“Todo lo que hemos hecho los colombianos en los últimos setenta años, se ha hecho en medio de la guerra”, empezó diciendo Silva, recalcando el imaginario del conflicto armado interno enraizado en la cultura colectiva de los colombianos. Gran parte de la producción artística y cultural alrededor del conflicto nació como consecuencia y en respuesta a esa guerra.

En esta reflexión, Silva condensó en una línea de tiempo obras narrativas fundamentales que han contado la historia de la violencia en Colombia: desde El día del odio, de Osorio Lizarazo, pasando por Cóndores no entierran todos los días, hasta La virgen de los sicarios y Rosario Tijeras, desde lo cual concluyó que “la vocación ha sido la de narrarnos con la ilusión de que la narración cierre la guerra: hemos decidido que lo único que podemos hacer es contar el cuento por nuestra supervivencia”. Para Silva hay una urgencia de justicia constantemente expresada desde la literatura y las artes.


Ricardo Silva Romero en la Carpa del Mañana en conversación con Patricia Linares. Foto: Mauricio Flores.

Pero entonces, ¿sería posible decir que, en el proceso de transición que vive Colombia actualmente, el arte puede hacer justicia? Según el criterio de Linares, no directamente. Pero el que no la pueda hacer no quiere decir que cumpla un papel estéril en la construcción de la paz. “A través de las distintas manifestaciones del arte se reclama justicia. Se visibiliza a la víctima que ha permanecido anónima durante décadas”, explicó la magistrada utilizando como ejemplo la obra Violencia, de Alejandro Obregón. “A través de una pintura (...), a través de esa imagen impactante de una mujer embarazada muerta, se está reclamando justicia. Se está reclamando justicia en un país que acalla el dolor de las víctimas”.

Asimismo, Linares también explicó el papel del arte en la pedagogía de algunos elementos como son las formas de reparación de víctimas. Para esto utilizó como ejemplo El diario de Ana Frank, donde citó uno de sus pasajes: “Lo que está hecho no se puede deshacer, pero se puede prevenir”. Para los abogados, continuó, eso se traduce en lo que se conoce como la garantía de no repetición, pero a través de la cita de Frank es más comprensible y menos técnico su significado. Pero para que esto que no se puede deshacer, se pueda prevenir, hay que saber cómo sucedieron las cosas. La justicia transicional, la JEP, y el sistema completo, según Linares, tienen que contribuir a la erradicación de las causas de la guerra.

El arte también está presente en la corroboración, en poder probar que los acuerdos en efecto se están llevando a cabo. El ejemplo que puso Linares fue Fragmentos, el espacio de arte y memoria que Doris Salcedo erigió con el metal fundido de las armas depuestas por las Farc. La magistrada explicó que al poder caminar sobre baldosas hechas de alrededor de 8.000 armas entregadas y destruidas, el ‘contramonumento’ de Salcedo ayuda a desmontar los argumentos que dicen que no ha habido una entrega de armas real desde la firma del acuerdo. Linares remata diciendo por qué la artista llama a su obra un ‘contramonumento’ o ‘antimonumento’ y por qué esto es importante: “la guerra nunca podrá ser celebrada, ni como triunfo, ni como vehículo para alcanzar nada, porque la guerra finalmente es un crimen”.

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Camilo Jiménez, director de ARCADIA; Patricia Linares, presidenta de la JEP, y Ricardo Silva Romero. Foto: Mauricio Flores.

No obstante, las intervenciones artísticas no comienzan ni terminan en los autores populares, ni cuando son publicadas o reconocidas. Una cosa es la obra que masivamente se da a conocer y otra es la manifestación personal e íntima que puede surgir desde las mismas víctimas del conflicto para expresar lo que no pueden con palabras. ¿Tienen estas alguna cabida en la construcción de la paz?

“Cuando nosotros empezamos las primeras audiencias”, relató Linares, “en el caso 01, que es el que se conoce como secuestro, se invitó a las víctimas a las versiones. Y en alguna de las versiones de las audiencias, sobre la mesa, había una vela prendida”. La magistrada contó luego que la presencia de la vela llamó la atención negativamente en algunas personas, pues fue vista como una especie de espectáculo; sin embargo, ella decidió dejarla y al final revelar el motivo a sus detractores. En esa audiencia, aseguró Linares, las víctimas presentes, que colectivamente habían sufrido una victimización y de las cuales algunas habían muerto, habían pedido que la vela pudiera representar a quienes habían fallecido. Si las víctimas quieren que estos actos o manifestaciones artísticas con mensajes contundentes tengan un espacio, cuenta la magistrada, estos deben permitirse.

Las artes y la cultura, redondeó Silva, han estado siempre ejerciendo resistencia, esperando a que llegaran mecanismos como los de este sistema. Pero esta no es la línea de llegada de las manifestaciones artísticas alrededor del conflicto, ni de la Jurisdicción Especial para la Paz. Este es apenas el primer testigo que se pasa en esta gran carrera de relevos. El arte seguirá reclamando justicia y, con suerte, esta versión de la justicia transicional aliviará un poco esa urgencia.

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La Carpa del Mañana de ARCADIA es posible gracias a una alianza con el British Council, que este año cumple ochenta años en Colombia. Cuenta con el apoyo de Air Canada, la Embajada de Canadá en Colombia, Confiar Cooperativa, la Universidad EAN, FESCOL, la Ford Foundation, la Embajada de Francia en Colombia y ONU Migración. Agradecemos, asimismo, el apoyo en la programación a la FILBo, la Cámara Colombiana del Libro, Corferias, Crea, la Alcaldía de Bogotá, la Universidad Nacional, Fundalectura, la Fundación Puntos de Encuentro, Semana en Vivo, Semana Historia, Suecia y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

La Carpa del Mañana de ARCADIA es respaldada por La Comisión de la Verdad, la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, quienes han estado detrás de la iniciativa y la han apoyado desde su inicio. Al tener este espacio en el que se habla de Colombia, su futuro y sus expectativas, era fundamental y obvio contar con el apoyo de estas tres entidades que, sin duda, están profundamente vinculadas con el camino que está tomando el país y el que puede llegar a tomar en un futuro.