Cómo
¿Por qué no hay que beber café al despertar?
Hay ciertas recomendaciones que son apropiadas para la salud.
Beber café al despertar es una práctica común y arraigada en la rutina diaria de muchas personas. La cafeína proporciona un impulso energético que ayuda a despertar y a enfrentar el día. Sin embargo, hay argumentos y evidencia científica que sugieren que no siempre es la mejor opción empezar el día con una taza de café.
Es relevante tener en cuenta las razones por las cuales podría ser beneficioso reconsiderar la idea de beber café inmediatamente al despertar y pensar alternativas para comenzar la jornada diaria de manera más saludable y equilibrada.
1. Cortisol y ritmo circadiano:
El cuerpo humano tiene un ritmo circadiano, un ciclo natural que regula el sueño, la vigilia y otros procesos fisiológicos a lo largo del día. Uno de los componentes clave en este ciclo es la hormona cortisol, a menudo conocida como la “hormona del estrés”.
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Sorprendentemente, nuestros niveles de este elemento tienden a ser más altos justo después de despertar, alcanzando su punto máximo aproximadamente 30 a 45 minutos después de levantarnos.
Cuando consumimos cafeína, como la que se encuentra en el café, en el mismo momento en que los niveles de cortisol son naturalmente elevados, puede interferir con la producción de esta hormona y afectar negativamente nuestro ritmo circadiano.
Algunos estudios sugieren que es más efectivo esperar al menos una hora después de despertar para tomar el primer café, permitiendo que los niveles de cortisol disminuyan naturalmente y evitando la interferencia con este importante ciclo biológico.
2. Desensibilización a la cafeína:
Beber café al despertar puede conducir a una desensibilización gradual a los efectos estimulantes de la cafeína. Cuando nos acostumbramos a consumir cafeína inmediatamente después de despertar, nuestro cuerpo puede volverse menos receptivo a la sustancia con el tiempo.
Esto significa que para mantener los mismos niveles de alerta y energía, podríamos necesitar consumir más café o cafeína a lo largo del día, lo que puede tener efectos secundarios negativos como insomnio, nerviosismo y dependencia.
Reprogramar nuestro hábito de consumo de cafeína para más tarde en el día podría ayudar a preservar la sensibilidad a la cafeína y permitir que la sustancia sea más efectiva cuando realmente necesitamos un impulso energético.
3. Dependencia y tolerancia:
El hábito de beber esta preparación inmediatamente al despertar también puede contribuir a la dependencia y tolerancia a la cafeína. La dependencia se desarrolla cuando el cuerpo se acostumbra a recibir cafeína regularmente y comienza a depender de ella para funcionar normalmente. La tolerancia, por otro lado, implica que con el tiempo necesitamos mayores cantidades de cafeína para experimentar los mismos efectos estimulantes.
Al retrasar el consumo de café por unas horas después de despertar, podemos ayudar a prevenir la rápida acumulación de tolerancia y a reducir la dependencia a la cafeína. Esto puede ser beneficioso para mantener un equilibrio saludable en el consumo de cafeína y evitar los efectos secundarios asociados con su uso excesivo.
4. Calidad del sueño:
El consumo de cafeína, especialmente en las primeras horas del día, puede afectar la calidad del sueño. Este estimulante tiene una vida media, lo que significa que permanece en el sistema durante un tiempo significativo. Tomar café inmediatamente al despertar puede resultar en la presencia de cafeína en el cuerpo cuando se acerca la hora de dormir, lo que puede interferir con la capacidad de conciliar el sueño y afectar la calidad del descanso nocturno.
Reducir o retrasar el consumo de este producto por la mañana puede contribuir a mejorar la calidad del sueño al permitir que el cuerpo procese y elimine la cafeína antes de la hora de acostarse. Un sueño de calidad es esencial para la salud general y el bienestar, y alterar los hábitos de consumo de cafeína puede ser una estrategia para mejorar la higiene del sueño.
5. Alternativas para comenzar el día:
En lugar de depender exclusivamente del café al despertar, existen alternativas saludables para comenzar el día con energía y vitalidad. Beber agua es fundamental para rehidratarse después de una noche de sueño, y la deshidratación puede contribuir a la sensación de fatiga. Agregar limón al agua puede proporcionar un impulso adicional, ya que la vitamina C y la hidratación son excelentes para estimular el sistema inmunológico y aumentar la energía.
Además, realizar actividad física moderada por la mañana puede ser una excelente manera de despertar el cuerpo y aumentar los niveles de energía de manera natural. Esto puede incluir una breve rutina de ejercicios, estiramientos o incluso una caminata matutina. La exposición a la luz natural también es crucial para regular el ritmo circadiano y mejorar el estado de alerta.
Optar por desayunos saludables y equilibrados, ricos en nutrientes y proteínas, también puede proporcionar la energía necesaria para enfrentar el día. Frutas, cereales integrales, yogur y huevos son opciones que pueden generar una combinación de carbohidratos, proteínas y grasas saludables para mantener la energía a lo largo de la mañana.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de Semana.