ENTREVISTA

Cinco preguntas a caficultores desmovilizados del conflicto armado

Durante su paso por la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, conversamos con Luz Aira Oquendo y Éver Anaya, excombatientes de las Farc y las AUC, respectivamente, que decidieron dejar las armas para comenzar sus propios emprendimientos de café de origen.

RevistaArcadia.com
10 de septiembre de 2019
Luz Aira Oquendo y Éver Anaya, excombatientes de las Farc y las AUC, respectivamente, que decidieron dejar las armas para comenzar sus propios emprendimientos de café de origen. Foto: ARCADIA.

Este contenido surge de una alianza entre ARCADIA y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN).

“Antes éramos dizque enemigos. Hoy, gracias al proceso de reincorporación, estamos acá sentados como amigos, tomando tinto y hablando. Eso es algo muy valioso”, dice Éver Anaya, un excombatiente y logístico del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quien en 2005 decidió someterse al proceso de desmovilización que impulsó el gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez.

Hoy Éver y su familia dedican sus días a la optimización de Café Maria Camila, un propio emprendimiento de café de origen que desde 2017 cultiva semillas certificadas en las montañas del municipio de Abejorral, ubicado en el Oriente Antioqueño.

Un caso similar es el de Luz Aira Oquendo, una exguerrillera y exradista de las Farc, quien después de pertenecer por más de dieciséis años al grupo guerrillero decidió entrar en el proceso de paz del gobierno de Juan Manuel Santos para dejar en definitiva las armas en 2017.

En ese entonces, junto con otros 117 exguerrilleros, Luz Aira decidió constituir la Cooperativa Multiactiva de Emprendedores del Campo Colombiano (Coopemprender), una iniciativa de paz y reconciliación enfocada en el emprendimiento productivo. Así nació Café Paramillo, un café sembrado en el municipio de Ituango, subregión norte del departamento de Antioquia. Sus semillas se siembran al pie de árboles nativos y cultivos de pancoger, buscando de esta manera aumentar la calidad del grano. Luz Aira, además, se desempeña como la auxiliar contable de la cooperativa.

Tanto Éver como Luz Aira cuentan con el apoyo de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), entidad que cuenta actualmente con aproximadamente 11.000 excombatientes en proceso de reincorporación.

Durante su paso por la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, conversamos con ellos en El Café del Mañana de ARCADIA, ubicado en el Parque de los Deseos. Allí, la gente podía disfrutar del Café Paramillo y el Café María Camila mientras asistían a la programación de ARCADIA.

Luz Aira Oquendo. Foto: ARCADIA.

¿Por qué apostarle al café?

Éver Anaya: Como siempre lo he dicho, yo he sido un campesino de nacimiento. Mi papá siempre trabajó en el campo, por lo que toda la vida me levanté en el campo. Tal vez por esas cosas de la vida fue que fui a parar a las filas de las AUC. Cuando ya tuve la oportunidad de retirarme, quise quedarme en la región donde había vivido todo el tiempo, pero debido al conflicto no se pudo. Y justamente por eso viajé al oriente de Antioquia. Ahí fue mi reencuentro con el café como tal. Vi que la gente de la región lleva una forma de vida en torno al café. Por eso quise darme esa oportunidad.

Luz Aira Oquendo: Como cooperativa, y yo como miembro de la misma, nos parece muy importante fomentar el café como iniciativa de emprendimiento. Tanto los consumidores de café como los campesinos y nosotras, las personas en proceso de reincorporación, salimos beneficiadas.

Desde su propia experiencia en el campo, ¿cuáles son las mayores dificultades que afrontan los campesinos caficultores del país hoy en día?

Éver Anaya: Lo primero, definitivamente, son los precios como tal. Con la ayuda de la Federación Nacional de Cafeteros hace dos años nos pusimos la tarea de llevar todos los registros de precios, partiendo desde cuánto vale producir una arroba de café, hasta cuánto puede quedar de ganancia. Esto es algo que a los caficultores nos pasa y nos afecta a diario. Nosotros no llevamos cuentas de nada. Lo otro que nos afecta a nosotros son las vías. El campo en este momento no tiene vías óptimas para la movilización del café. Esta es una de las grandes limitantes que tenemos nosotros en el campo.

Luz Aira Oquendo: Por ejemplo, nosotros pagamos cien mil pesos arriba de la carga, mientras que en la Federación les pagan más bajo. Entonces una de las mayores dificultades es esa, el precio... y que no le prestan mucha atención al campesinado en los cultivos que ellos mismo producen.

¿Qué es lo más difícil que trae consigo la reincorporación o reintegración a la vida civil?

Éver Anaya: La verdad, para mí no ha sido difícil. Como usted puede ver, yo soy una persona que tiene ese don de hacer amigos. Soy alguien con quien se puede conversar, fácil de entenderse con la gente. De hecho, en mi vereda la gente siempre ha querido que yo sea el de la Junta de Acción Comunal y cosas así. Incluso hasta el año pasado formé parte del Comité Municipal de Abejorral, y siempre la relación con todo el mundo ha sido muy buena. Tal vez el único problema que he tenido es el de mi pasado judicial, en especial por la situación que viví junto a varios compañeros desmovilizados en las elecciones pasadas, donde nos excluyeron de las mismas.

Luz Aira Oquendo: Yo diría que lo más difícil es acostumbrarme. Yo viví dieciséis años en esa organización (las Farc), así que comenzar de cero o buscar la manera en que pueda formar parte de esta sociedad es complicado. Pero ahí lo estoy logrando, paso a paso.

¿Cómo es la recepción de la gente cuando se acerca a comprar un tinto y se entera de que ustedes son excombatientes?

Éver Anaya: No soy de pregonar ni de sacar pecho por mi pasado, ni porque fui aquello. Alguna que otra persona lo toma a mal, pero yo diría que un 80 % de las personas me acoge y me felicita. Siempre me dan consejos para no volver a esas cosas de antes. Claro, algunos podrán decir que el man se acogió al proceso, pero que por debajo de la mesa puede estar haciendo algo. Es totalmente entendible. Yo más que nadie acepto que la historia de las AUC ha sido una de las más trágicas que le ha tocado vivir a este país. Por eso tenemos que echar siempre para adelante.

Luz Aira Oquendo: Tanto yo como las personas que se toman ese café deben sentirse satisfechos, sabiendo que nosotros nunca vamos a volver a las armas, y que nuestra fortaleza y nuestro empuje es tirar para adelante por el camino de la paz, no el de la guerra.

Éver Anaya. Foto: ARCADIA.

¿Qué mensaje les envía a aquellos compañeros que han decidido o están contemplando volver a empuñar las armas?

Éver Anaya: Hombre, el mensaje es claro. Acá afuera se tienen miles de posibilidades más. Yo tuve un señor que me ayudó en todo el proceso de venirme del Bajo Cauca al oriente de Antioquia. Y un par de años más tarde, luego de todo el proceso de desmovilización, me invitó a Bogotá. Estando en el hotel me preguntó: “Compa gallo, dónde se siente mejor: ¿por allá en el Bajo Cauca huyéndole a la ley, o acá en este hotel comiéndose ese stroganoff?”. Eso es lo que siempre les digo a todos: si trabajamos duro y nos lo proponemos, la vida acá es mucho mejor para todos nosotros.

Luz Aira Oquendo: Eso es una decisión que toma cada quien. En mi caso, tengo claro lo que quiero hacer y lo que no quiero hacer. Y, pues, se respeta la decisión que ellos tomaron, pero también se debe respetar la decisión de los miles que nos sentimos comprometidos y estamos comprometidos con el proceso de paz.

¿Dónde se puede obtener su producto? ¿Cómo lo distribuye?

Éver Anaya: Generalmente estamos en Abejorral y en La Ceja, departamento de Antioquia. En Abejorral estamos en el supermercado Surticafé, y en La Ceja en el supermercado Cuatro Esquinas. En estos momentos estamos montando una plataforma con un grupo de peladas que están terminan el bachillerato en Abejorral. Pronto por ahí podrán conseguir todos los tipos de cafés que manejamos.

Luz Aira Oquendo: En Medellín estamos ubicados en varios sitios. También estamos en la sede del partido ubicada en Prado Centro. Y en Ituango los esperamos, para que lo prueben y se sientan satisfechos con el café que estamos haciendo.