MEDIO AMBIENTE

Ninguna de las 20 metas de conservación de la biodiversidad para 2020 se logrará

El informe Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica de la ONU sentencia esta grave realidad y urge una acción global, rápida y transformadora para frenar la trágica pérdida de especies y garantizar la salud de las personas. Propone 8 transiciones para lograrlo.

16 de septiembre de 2020
Según la ONU no se cumplirá ninguna de las metas de Aichi que se habían puesto como plazo este año. | Foto: Felipe Villegas, Instituto Humboldt.

Los estudios en torno a lo que sucede con la biodiversidad en el mundo son cada vez menos alentadores. Un nuevo informe publicado por el Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU (CDB), ratifica lo que se ha venido hablando en los últimos días y asegura que ninguna de las 20 metas de conservación de la biodiversidad para 2020 se cumplirá. 

Según el estudio "Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica (GBO-5)", a pesar de los avances registrados en algunas áreas, la naturaleza está sufriendo severamente y su situación sigue empeorando.

Frente a las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica establecidas en 2010 y que son el marco de acción que debe ser aplicado por todos los países con el fin de salvar a la diversidad biológica y de mejorar los beneficios que de ella obtienen las personas, un análisis basado en los sextos informes nacionales al CDB y los últimos hallazgos científicos, se evidencia que solo se han logrado siete de los 60 elementos que conforman las 20 metas y se muestra progreso en otros 38, lo que indica que dichos objetivos no se alcanzarán. 

Estos desafíos perseguían principalmente prevenir la extinción de especies amenazadas, reducir y de ser posible eliminar las subvenciones públicas que contribuyen a destruir la biodiversidad, gestionar de forma sostenible las reservas de peces y reducir la contaminación del plástico.

"Hubo algunos progresos. Por ejemplo, la deforestación retrocedió en un tercio, la gestión de la pesca mejoró, la superficie de las zonas protegidas aumentó lo que redujo la extinción de especies", declaró Elizabeth Maruma Mrema, secretaria ejecutiva del CDB.

Pero a la vez, la ONU constata amenazas sobre estos logros, como el hecho de que la tendencia se haya revertido recientemente en la Amazonía brasileña en términos de deforestación y de que la protección en algunas zonas todavía no se haya hecho efectiva. 

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De acuerdo con las investigaciones, en 13 elementos, no se avanzó y en algunos de ellos hasta se registró un retroceso en la búsqeuda de la meta. El informe concluye que, en general, de los 20 objetivos, seis (9, 11, 16, 17, 19 y 20) se lograron parcialmente dentro del plazo establecido de una década que culmina este año.

Esos seis objetivos específicos están relacionados con los siguientes aspectos. La meta 9 apunta a que este año, se hayan identificado y priorizado las especies exóticas invasoras y las vías de introducción, al tiempo que se habrá trabajado para controlarlarlas y erradicarlas; la 11 tiene que ver con que al menos el 17 por ciento de las zonas terrestres y de aguas continentales y el 10 por ciento de las zonas marinas y costeras, se conserven por medio de sistemas de áreas protegidas y la 16 está relacionada con el Protocolo de Nagoya sobre acceso a los recursos genéticos y participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de su utilización. 

Biodiversidad en Parque Nacional Amacayacu. Foto: Angélica Martínez/Parques Nacionales Naturales

Por su parte, la meta 17 tiene que ver con que para 2015, cada parte hubiera elaborado y adoptado una política definida para poner en práctica una estrategia y un plan de acción nacional en materia de diversidad biológica de forma eficaz y participativa; el 19 apunta a que en 2020, se habrá avanzado en los conocimientos, la base científica y las tecnologías referidas a la diversidad biológica, sus valores y su funcionamiento; y finalmente, la meta 20 está relacionada con que a más tardar este año se de una movilización de recursos financieros para aplicar de manera efectiva el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica.

El análisis considera como logradas parcialmente aquellas metas en las que se ha cumplido al menos un elemento. Por ejemplo, se cumplieron los elementos de la meta 11 sobre las proporciones de tierras y mares que debían ser protegidos, pero no los elementos relacionados con la calidad de las áreas protegidas. De igual forma, para la meta 19, el conocimiento sobre la biodiversidad ha mejorado, pero no se ha compartido ni aplicado ampliamente. En el caso la meta 20, la asistencia oficial para el desarrollo se duplicó, pero los recursos no aumentaron en todas las fuentes.

Pérdida de ecosistemas, sin precedentes

“Este informe emblemático demuestra que la humanidad se encuentra en una encrucijada con respecto al legado que desea dejar a las generaciones futuras”, dijo Mrema, quien aseguró que si bien están sucediendo muchas cosas buenas en todo el mundo y es necesario celebrarlas, también es cierto que la tasa de pérdida de biodiversidad no tiene precedentes en la historia de la humanidad y las presiones se están intensificando.

Manifestó que los sistemas vivos de la Tierra en su conjunto están comprometidos y cuanto más la humanidad explota la naturaleza en formas insostenibles, más socava su propio bienestar, seguridad y prosperidad.

Biodiversidad en Santuario de Plantas Medicinales en Orito. Foto: Oscar Jaimes/Parques Nacionales Naturales

“A medida que la naturaleza se degrada, surgen nuevas oportunidades para la propagación a humanos y animales de enfermedades devastadoras, como la covid-19. Tenemos poco tiempo disponible, pero la pandemia también ha demostrado que las grandes transformaciones son posibles cuando nos vemos en la necesidad de realizarlas".

"Las decisiones y las acciones que tomemos ahora tendrán profundas consecuencias, para bien o para mal, en todas las especies, incluida la nuestra", dijo Mrema.

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Ante esta nueva realidad, el informe de la Organización de las Naciones Unidas hace un llamado de urgencia a que se implementen ocho transformaciones sistémicas para garantizar el bienestar humano y proteger el planeta.

1. Tierras y bosques: Conservar ecosistemas intactos, restaurar ecosistemas, combatir y revertir la degradación, y usar la planificación espacial a nivel de paisaje para evitar, reducir y mitigar el cambio de uso de la tierra.

2. Agricultura sostenible: rediseñar los sistemas agrícolas mediante enfoques agroecológicos y otras innovaciones para mejorar la productividad y minimizar los impactos negativos sobre la biodiversidad.

3. Sistemas alimentarios sostenibles: facilitar dietas sostenibles y saludables con un mayor énfasis en la diversidad de alimentos, en su mayoría de origen vegetal, y un consumo más moderado de carne y pescado, así como disminuir drásticamente el desperdicio en las fases de suministro y consumo de alimentos.

Lograr procesos de pesca sostenible será clave para mitigar la pérdida de biodiversidad. Foto: Guillermo Torres

4. Pesquerías y océanos sostenibles: proteger y restaurar los ecosistemas marinos y costeros, recuperar las pesquerías, la gestión de la acuicultura y otros usos de los océanos para garantizar la sostenibilidad y mejorar la seguridad alimentaria y los medios de vida.

5. Las ciudades y la infraestructura: desplegar “infraestructura verde” y hacer espacio para la naturaleza dentro de los paisajes urbanos para mejorar la salud y la calidad de vida de los ciudadanos, y reducir la huella ambiental de las ciudades y la infraestructura.

6. Agua dulce sostenible: promover un enfoque integrado que garantice los caudales de agua requeridos por la naturaleza y las personas, mejore la calidad del agua, proteja los hábitats críticos, controle las especies invasoras y salvaguarde la conectividad para permitir la recuperación de los sistemas de agua dulce desde las montañas hasta las costas.

7. Acción climática sostenible: impulsar las soluciones basadas en la naturaleza, junto con una rápida eliminación del uso de combustibles fósiles, para reducir la escala y los impactos del cambio climático, al tiempo que se proporcionen beneficios para la biodiversidad y otros Objetivos de Desarrollo Sostenible.

8. Salud. Trabajar hacia una salud que incluya la biodiversidad: gestionar los ecosistemas, incluidos los agrícolas y urbanos, así como el uso de la vida silvestre, a través de un enfoque integrado que promueva la salud de las personas y los ecosistemas.