GRUPO RÍO BOGOTÁ

¿Cómo proteger el medioambiente a través del reencauche de llantas?

Esta alternativa de economía circular evita que estos objetos terminen en un cuerpo de agua u otro ecosistema. Además, una llanta reencauchada disminuye en un 83 por ciento el consumo de agua y ahorra cerca de 15 galones de petróleo. Conozca de qué se trata.

30 de diciembre de 2020
En el país, las llantas son consideradas como un residuo especial, por lo que requieren un manejo diferencial. Foto: Secretaría Distrital de Ambiente. | Foto: Secretaría de ambiente

* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.

Una sola llanta de camión necesita para su proceso de fabricación medio barril de petróleo crudo y en su desaparición genera emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. 

De hecho, de acuerdo con la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés), más o menos el 28 por ciento de los residuos plásticos que contaminan los océanos cada año proviene de pequeños escombros producidos por las llantas y los textiles. 

Estos residuos son ingeridos por la vida marina, quedando atascados en las branquias y otros órganos.

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Es por esto que en el país las llantas son consideradas como un residuo especial. Es decir, que requieren un manejo diferencial con el fin de evitar riesgos en el medioambiente, la salud y la seguridad vial. 

En Bogotá, el decreto 442 de 2015 prohíbe abandonarlas en espacio público, enterrarlas como método de eliminación y disposición final, almacenarlas a cielo abierto o utilizarlas en procesos de combustión. 

También se plantean en la ciudad soluciones ambientales para alargar su ciclo productivo, una de ellas es el reencauche de llantas. 

En este proceso, retiran la banda de rodamiento gastada de las llantas para colocarles una nueva que les permita seguir siendo útiles, dándoles una segunda vida. 

Una sola llanta de camión necesita para su proceso de fabricación medio barril de petróleo crudo y en su desaparición genera emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Foto: Secretaría de Ambiente.

Esta actividad, de acuerdo con la Secretaría de Ambiente, “contribuye a la conservación de energía, a la reducción del uso de recursos naturales no renovables y a la disminución en la producción de residuos”. 

Para que pueda realizarse, las carcasas de las llantas deben estar en buen estado. Es decir, deben tener un desgaste uniforme. 

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Una vez se le coloca la nueva banda de rodamiento, la llanta se somete a un proceso de vulcanización. Finalmente, se revisa en su interior y en su exterior con el fin de que esta cumpla con todas las normas técnicas de calidad. 

En comparación con una llanta nueva, una reencauchada disminuye en un 83 por ciento el consumo de agua y ahorra cerca de 15 galones de petróleo, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Reencauchadores de Llantas y Afines (ANRE).

Asimismo, esta actividad es considerada una práctica segura y económica que “contribuye a la reducción de costos en las flotas de transporte gracias a que una llanta renovada, cuyo valor es más asequible, puede tener una duración similar a la original, si se hace en concordancia con las normas técnicas establecidas”, según explica la Secretaría de Ambiente. 

El reporte más reciente de la ANRE, con registros hasta el último día de noviembre, arrojó que, en el país se reencaucharon 39.669 llantas en lo corrido del año. De esta cifra, el 32,6 por ciento (12.955) fueron generadas en Bogotá. 

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Mitos de las llantas reencauchadas

  • Son de baja calidad: aunque se trata de una frase muy repetida, de acuerdo con expertos en el proceso, es difícil diferenciar una llanta reencauchada de una nueva debido a que ofrecen “misma calidad y desempeño”. 
  • Las llantas renovadas no son seguras: si la actividad es realizada por especialistas, estos utilizan procesos tecnificados y avalados que garantizan durabilidad y rendimiento. 

¿Qué pasa con las llantas restantes?

De acuerdo con la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), las llantas son recolectadas y transportadas hasta una planta de tratamiento en la cual se disponen de la siguiente manera:

  • Se seleccionan por su tamaño.

  • Se parten por la mitad y luego en trozos.

  • Se les retira el alambre que forma parte de su estructura y se trituran. 

  • Se llevan a los hornos certificados por normas internacionales para devolverlas al ciclo productivo. Es decir, para ser utilizadas como combustibles o elaborar nuevos insumos.