Álvaro Uribe Vélez, presidente de Colombia
Llegó a la mitad de su mandato como el Presidente más popular en la historia reciente de Colombia, con logros en seguridad y economía, pero en medio de críticas a su política fiscal y de un debate por la búsqueda de su reelección. Además de ‘trabajar, trabajar y trabajar’, como él mismo dice, se dedicó a defender los cuestionamientos que otros gobernantes le hicieron a él y a su política de seguridad democrática. Un año bien complejo para el presidente pues además, debió afrontar el desempleo, la ola invernal, paros y marchas en todo el país, estafas de las “pirámides” financieras, complicados señalamientos en materia de derechos humanos, y la tarea de luchar ciegamente por la aprobación del TLC con Estados Unidos. Ni hablar de todo el lío que generó la “parapolítica” y sus presuntas relaciones con los paramilitares. También se dedicó a tratar de enderezar las relaciones del gobierno con el poder ejecutivo y judicial, y particularmente con la Corte Suprema de Justicia. Sus niveles de aprobación a lo largo del año se mantuvieron muy altos, sin embargo, ya muchos dicen que es hora de un cambio. Sin duda logró reducir los secuestros, homicidios, masacres y ataques a la infraestructura petrolera, energética, vial y de comunicaciones, y aumentar la confianza inversionista tanto de nacionales como de extranjeros. Para quienes aspiraban a un tercer mandato del presidente Uribe, estos tendrán primero que esperar a que el panorama político se despeje y segundo a que el presidente diga de una vez si le interesa o no seguir en el Palacio de Nariño.