Con el avance constante de la tecnología, las modalidades de fraude digital también han evolucionado. Los delincuentes han perfeccionado sus estrategias y hoy emplean técnicas cada vez más elaboradas que les permiten engañar a los usuarios con mayor facilidad, logrando que entreguen información sensible sin percatarse del riesgo.

Una de las prácticas más extendidas es la estafa telefónica dirigida a usuarios de WhatsApp, un método que ha demostrado ser altamente efectivo para vulnerar la privacidad. El robo de cuentas mediante suplantación de identidad en aplicaciones de mensajería se ha vuelto frecuente, afectando a millones de personas que confían en comunicaciones aparentemente legítimas.

Según alertas de la Guardia Civil de España y el soporte oficial de WhatsApp, los estafadores buscan obtener el código de verificación de seis dígitos que la plataforma envía para activar la cuenta en un nuevo dispositivo. Al hacerse pasar por personal de soporte, empresas reconocidas o incluso contactos cercanos, logran que la víctima comparta este número, lo que permite a los delincuentes tomar control total del perfil y cometer fraudes en su nombre.

Nunca comparta este código si se lo solicitan
El código de verificación funciona como el mecanismo que autoriza la asociación de una cuenta de WhatsApp con un número telefónico en cualquier dispositivo. Este número temporal es indispensable para completar el registro y garantiza que solo la persona que tiene acceso directo al teléfono pueda activar la cuenta, reforzando así la seguridad del servicio.
La finalidad de este sistema es comprobar que el usuario realmente posee la línea telefónica. Sin embargo, si un tercero consigue ese código, puede registrar la cuenta en otro equipo, apropiarse del perfil y dejar por fuera al titular legítimo. Por esta razón, WhatsApp advierte que bajo ninguna circunstancia debe compartirse, incluso si la solicitud parece provenir del soporte oficial.

Los estafadores suelen crear escenarios de urgencia o mensajes alarmantes para presionar a la víctima y lograr que revele el código. Esta técnica de manipulación emocional hace que muchas personas lo compartan sin darse cuenta del riesgo, lo que deja la cuenta vulnerable y permite al atacante tomar el control total, bloqueando al usuario original y accediendo a sus datos y conversaciones.
¿Cómo evitar que terceros se adueñen de su cuenta?
La recomendación tanto de Meta como de expertos en seguridad digital es contundente: el código de verificación de WhatsApp no debe entregarse a nadie bajo ninguna circunstancia. La aplicación no solicita este dato por llamadas, mensajes ni correos, por lo que cualquier petición en ese sentido debe considerarse un intento de fraude.

Además, habilitar la verificación en dos pasos desde los ajustes de la cuenta añade una protección adicional. Este sistema permite crear un PIN personal que funciona como un segundo filtro de seguridad y evita que terceros accedan a la cuenta, incluso si llegaran a conocer el código temporal de seis dígitos.










