En edificios de apartamentos, conjuntos residenciales o zonas urbanas densamente pobladas, es cada vez más común que los routers wifi de diferentes hogares estén separados apenas por una pared. Aunque a simple vista parezca un detalle menor, la proximidad entre routers sí puede tener implicaciones técnicas.
La red inalámbrica funciona mediante ondas de radio que se propagan por el aire. Cuando varios dispositivos emiten señales en un mismo espacio, estas pueden interferir entre sí, especialmente si utilizan las mismas bandas y canales.

De acuerdo con el sitio web Redes Zone, esta situación suele reflejarse en una navegación más lenta, interrupciones frecuentes o dificultades para conectar varios dispositivos al mismo tiempo. El problema es más evidente cuando se utiliza la banda de 2,4 GHz, ya que es más propensa a la saturación en entornos con muchas redes inalámbricas.
Esto ocurre porque los routers transmiten datos mediante ondas de radio y comparten canales con capacidad limitada. Si dos equipos cercanos usan el mismo canal, terminan compitiendo por esos recursos, lo que afecta el rendimiento general.

Además, como la señal wifi atraviesa paredes con facilidad, un router ubicado en una habitación contigua puede influir en la conexión, reduciendo su eficiencia sin llegar a bloquearla por completo.
¿Cómo evitar este problema de interferencia con su router?
Para reducir este tipo de inconvenientes, la primera recomendación que hacen los expertos es comprobar qué canal wifi está utilizando el router y cuáles se encuentran más saturados en el entorno.
Si varios equipos cercanos operan en el mismo canal o en uno muy próximo, conviene cambiar a otro más despejado para minimizar las interferencias. Esta simple modificación puede marcar una diferencia notable en la estabilidad y velocidad de la conexión.

Asimismo, optar por la banda de 5 GHz suele ser una alternativa eficaz, ya que presenta menos congestión que la de 2,4 GHz. Aunque su alcance es más limitado, ofrece una señal más limpia en distancias cortas. A esto se suma la importancia de reubicar el router dentro del hogar, alejándolo de paredes compartidas y colocándolo en un punto estratégico que permita aprovechar mejor la cobertura.
Otra alternativa recomendable es conectar los dispositivos mediante cable Ethernet, ya que esta opción reduce considerablemente los inconvenientes habituales de las redes inalámbricas. Al no depender del wifi, evita interferencias con otros equipos, se obtiene una conexión más estable, una latencia más baja y un mejor rendimiento en la velocidad de uso diario.










