Vida Moderna
Revelan cuál es la mejor hora para consumir carne
El Consejo Mexicano de la Carne defendió la ingesta de este producto, al señalar que las proteínas son los pilares de la vida, ya que se encuentran en cada célula del cuerpo.
La carne es una proteína que acompaña a diario millones de mesas en el mundo, aunque algunos sectores han recomendado reducir o eliminar su consumo por razones de salud.
El Consejo Mexicano de la Carne defendió la ingesta de este producto, al señalar que las proteínas son los pilares de la vida, ya que se encuentran en cada célula del cuerpo
A través de su página web señaló que aporta vitamina B12 que cumple, entre otras funciones producir glóbulos rojos saludables, mantener un adecuado funcionamiento del sistema nervioso y participar en la síntesis del ADN.
Así mismo, indicó que la carne mejora el rendimiento, debido a sus propiedades nutricionales y que “ayudan a fortalecer y construir los músculos, permite la correcta oxigenación del cuerpo y convierte los alimentos en combustible”.
Tendencias
La organización citó estudios realizados por la universidad de Harvard, que determinaron que “gracias al consumo de carne, el tamaño y la forma del cerebro cambiaron. En la actualidad se ha demostrado que es esencial consumir carne para mantener el funcionamiento óptimo del cerebro”.
Igualmente, señaló que este producto contiene hierro que es un nutriente necesario para la formación de hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos y su principal función es llevar oxígeno a todas las células del cuerpo.
“Nuestro organismo absorbe y aprovecha mejor este nutriente, que es el hierro hemínico, que proviene de productos de origen animal como res, cerdo, pescado y aves”, destacó
En todo, caso recomendó complementar el consumo de carne con una dieta saludable que incluya frutas, verduras, cereales y leguminosas, acompañada de actividad física e higiene personal, para tener un estilo de vida saludable.
¿Reducir el consumo?
Por su parte, la Clínica Mayo señaló que muchas personas han comenzado a reducir el consumo de carne roja de su dieta diaria “por motivos de salud, éticos, religiosos, culturales o ambientales. Sin embargo, puede ser difícil hacer cambios en la alimentación y continuar sirviendo comidas saludables”.
Señaló que esta proteína es reemplazada por otros como frijoles (porotos, alubias), lentejas, verduras y granos integrales. “Consumir más proteínas a base de plantas también puede aliviar tu presupuesto, ya que suelen ser menos costosas que la carne”, destacó.
Igualmente, refirió investigaciones que han determinado que “las personas que consumen carne roja corren un mayor riesgo de morir debido a una enfermedad cardíaca, un accidente cerebrovascular o la diabetes. Las carnes procesadas también aumentan el riesgo de morir debido a alguna de estas enfermedades”.
Pero, por el contrario, no consumir proteínas puede causar alteraciones como la pérdida de masa muscular, disminución de la inmunidad, debilitamiento de los sistemas cardíacos y respiratorios.
“Una alimentación con bajo contenido de frutos secos, semillas, mariscos, frutas y verduras también aumenta los riesgos para la salud. La buena noticia es que, incluso consumir menos carnes rojas y procesadas tiene un efecto positivo en la salud”, enfatizó.
La mejor hora de consumo
Por su parte, la nutricionista Paloma Quintana explicó en La Voz de Galicia que un plato debe estar acompañado de hortalizas, como un tomate picado, pimiento, unas zanahorias, u otros vegetales; y su proteína, que puede ser vegetal como las legumbres, o de procedencia animal como los huevos, el pescado o la carne”.
Señaló que sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento, se puede evitar con el consumo de proteína en la alimentación.
“A medida que envejecemos, el cuerpo pierde la capacidad de regenerar los tejidos y necesita más proteína para cualquier proceso de este tipo, sea del músculo, de la piel o del hueso. Entonces, por un lado, hay una peor capacidad de regenerar y, por otra, hay una peor absorción de proteína en general”, por lo que, según dijo, aumentar su cantidad y reducir la de hidratos de carbono.
Recomendó que a la hora del almuerzo se puede incluir carne o legumbres, porque son fuentes de proteína más saciantes, con una digestión más lenta. “Esto puede ser pollo asado, filete de ternera, unas lentejas, una ensalada de garbanzos y una fruta de postre. Sin complicaciones. Todo esto con vegetales”, señaló.
Entretanto, en la cena “aprovecharía para consumir pescado porque tiene una digestión más rápida. Si lo ponemos al mediodía, una persona que esté cambiando sus hábitos tendrá más hambre por la tarde”.
“En cambio, por la noche, un pescado azul como la sardina, o el salmón, u otros tipos como unas gambas o un calamar, con verduras como el brócoli, o el calabacín, con un postre de fruta, puede ser una opción estupenda”, aseguró.
La nutricionista indicó que se pueden alternar los mediodías entre carnes y legumbres y las noches, entre pescado y huevos. “Todo ello, con verduras, con ensaladas muy grandes, que pueden llevar semillas, frutos secos o aguacates, por ejemplo”, puntualizó.