Bogotá
La inspiradora historia de 9 niños de una biblioteca de zona rural de Ciudad Bolívar, en Bogotá, que sueñan con ir a la Nasa
Se trata de siete niñas y dos niños que han crecido toda su vida en el barrio El Paraíso y en la vereda Quiba, en una localidad enmarcada por la pobreza y pobreza extrema. No temen en asegurar, con una sonrisa de oreja a oreja, que los sueños sí se cumplen.
“Este es un proyecto que nace con la inspiración de un libro que se llama El niño que tocó las estrellas y desde ahí nos dimos cuenta de que podíamos impulsar y desarrollar en los niños la capacidad de soñar. Queríamos romper esos patrones de pobreza para que ellos se conviertan en inspiradores e incidan en la mentalidad de otros jóvenes y niños, inspirando en que los sueños sí se cumplen”.
Así es como Iván Triana, bibliotecólogo de profesión y —hoy por hoy— profesor de Emprendimiento de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad EAN en Bogotá, junto con su Biblioteca de la Creatividad, la cual creó hace 15 años en la Vereda Quiba Guabal, en zona rural de la localidad de Ciudad Bolívar, sueña con empoderar a niños y jóvenes como líderes sociales.
Es un esfuerzo para nada menor si se tiene en cuenta que Ciudad Bolívar es una de las localidades con mayor pobreza y pobreza extrema, de acuerdo con el más reciente informe de Calidad de Vida de Bogotá Cómo Vamos, además de ser una de las localidades con mayor presencia de violencia y delitos de alto impacto.
Pero así como José Hernández Moreno, astronauta de la Nasa e hijo de migrantes mexicanos, pudo viajar al espacio y tocar las estrellas, tal como lo relata en su libro, que sirvió de inspiración para el profesor Triana, esa misma ilusión es la que hoy en día tienen nueve niños de la Biblioteca de la Creatividad que sueñan con ir a la Nasa, en Estados Unidos. Un sueño que cada vez está más cerca de cumplirse.
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Más allá de la grata experiencia que puede significar para estos nueve niños el viaje a la Nasa, el profesor Triana tiene clara la importancia de este proyecto. “Nosotros buscamos romper esos patrones de pobreza y lo buscamos hacer erradicando esa mentalidad de pobreza que básicamente es lo que hace que los jóvenes crean que por haber nacido en un sitio que ha sido estigmatizado por pobreza y violencia, con unas condiciones adversas para sus sueños, no sientan que eso va a determinar a dónde pueden llegar”, dijo.
“Nosotros queremos demostrar que en una zona tan importante, como es la zona rural de Ciudad Bolívar, vale la pena invertir, vale la pena ver que el futuro del país sí está en buenas manos con niños, con jóvenes que tienen esa capacidad de soñar, de servir a su comunidad. Y ojalá muchas personas que vean este proyecto se animen a sumarse, pero también en una siguiente etapa por qué no pensar en que los procesos como estos se puedan replicar en todo el país”, enfatizó el docente de la Universidad EAN.
“Quiero ir a la Nasa para saber cómo los problemas matemáticos hacen posible las misiones al espacio, y después con todo lo que he aprendido en el proyecto y con lo que voy a aprender con la ida a la Nasa, quiero replicar todo ese conocimiento con los niños más pequeños de la vereda”, aseguró Emily, una joven de tan solo 14 años que estudia noveno grado y vive en el barrio Tierra Nueva, cerca de la vereda, junto con su hermano y su madre, quien es guarda de seguridad.
Para Haylin, de 13 años y quien lleva casi toda su vida asistiendo a la Biblioteca de la Creatividad, el sueño es similar. “Comencé a asistir a la biblioteca desde mis cuatro años gracias a una vecina que me llevó allá”, dijo la joven, que estudia octavo grado y quien reveló cómo ha sido el proceso liderado por el profesor Triana, que busca no solo formar académicamente a los niños, sino también formarlos como personas: “Estamos todavía en las pruebas que consisten en armar el cubo de Rubik en menos de tres minutos, aprender inglés, tocar guitarra, aprender a rodar el trompo, representar a la vereda en torneos de robótica, pero también ser bueno, hijo, estudiante, hermano y muchas más cosas”, agregó Haylin.
Tanto Haylin como Emily y sus otros siete compañeros hacen parte de Hacedores de la Nasa en la Biblioteca de la Creatividad, un programa que ellos mismos han bautizado como “un sueño fuera de este planeta”.
“Siento mucha emoción, siento como si todo fuera una mentira, como si fuera un sueño, porque es algo muy grande y muy ambicioso para nosotros, y el pensar que lo podemos cumplir es demasiado impactante e impresionante”, afirmó Julieth, de 15 años, quien desde ya visualiza cómo será el gran día en el que cumplan el sueño de estar en la Nasa: “Me lo imagino como un día superemocionante nosotros nueve allá, porque espero que vayamos todos superemocionados por ir en avión por primera vez, llegar allá a Estados Unidos y conocer a las nuevas personas. Será superemocionante y eufórico”, indicó.
Steven, de 15 años, por su parte, tiene claro que este proyecto ya se ha convertido en un punto de inicio transcendental para impactar de manera positiva a la comunidad. “La ida a la Nasa me servirá para que todo ese impacto positivo en mi vida me ayude a cambiar en mi comunidad la visión de pobreza, dejar de pensar que Ciudad Bolívar únicamente es pobreza, y hacer que las personas se esfuercen para cumplir sus sueños”.
Estos niños, aunque aún son muy pequeños, saben cuáles son las problemáticas que hay en la zona donde viven y es precisamente esa realidad la ahora buscan cambiar.
“El objetivo principal de ir a la Nasa es transformar mi comunidad, inspirar a los niños a que sueñen en grande y poder cambiar el estigma de Ciudad Bolívar, porque lamentablemente las personas siempre piensa mal cuando uno les dice que vivo en Ciudad Bolívar; dicen, ‘allá donde roban’, siempre tienen un mal pensamiento de Ciudad Bolívar. Pero para mí Ciudad Bolívar es un lugar de mucha riqueza natural, de gente que ha salido adelante, que ha querido luchar por sueños en el camino correcto”, sostuvo Karen, de 13 años.
“La vereda Quiba es el lugar donde nací, donde me he criado, y tanto en la vereda como en toda Ciudad Bolívar veo mucho potencial no desarrollado y estoy segura de que si aprendemos a desarrollarlo, nos va a ir muy bien”, dijo, por su parte, Luz Adriana, de 13 años.
Al igual que sus compañeros, a Daniel, de 14 años, cuando se le interroga de por qué ese sueño de ir a la Nasa, su respuesta es clara y concisa: “Porque quiero cambiar lo que se dice Ciudad Bolívar, porque dicen que es donde roban, donde pasan cosas malas, pero mis compañeros y yo queremos cambiar esos malos pensamientos por una localidad soñadora, con mucho potencial”.
Según lo planeado por el profesor Triana, el objetivo es hacer la expedición a la Nasa en junio de 2025. Se trata de un proyecto inspirador que llevará a estos nueve niños de Ciudad Bolívar al Space Center de la Nasa en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos.
“Este es un proyecto que nace sin dinero, realmente con buenas intenciones. Los muchachos empezaron a diseñar diferentes estrategias para reunir el dinero, así se pagaron el pasaporte, y en este momento estamos diseñando diferentes estrategias, invitando a las personas a que aporten en un proyecto como este a través de una campaña crowdfunding que estamos ahorita desarrollando. También estamos invitando a las empresas que, como parte de sus estrategias de responsabilidad social o sostenibilidad, vean que este proyecto realmente tiene un retorno importante para la comunidad. De esa manera, vamos reuniendo parte de los fondos que hacen posible este proyecto. Ahorita estamos haciendo todo lo posible para facilitar el trámite de visas”, explicó el profesor Triana.
“Estamos ahorita consolidando las alianzas con la Universidad de Florida en Estados Unidos y con una iglesia católica que también está muy interesada en que el proyecto se pueda dar. Es una iglesia liderada por colombianos que viven en Estados Unidos y que han visto que este proyecto puede ser muy significativo para el país”, agregó el docente de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad EAN.
De esta manera, ese sueño que inició sin recursos, como lo reconoce el profesor Triana, y aunque todavía necesita de mucho más apoyo, es un sueño que poco a poco se está convirtiendo en realidad.
“Yo soy muy sentimental, me imaginó ese día llorando de la emoción con mis compañeros allá, los nueve, porque nosotros queremos ir los nueve. Quiero que el grupo vaya completico, quiero también ayudar el campo, a mi vereda, a Ciudad Bolívar”, afirmó Karol Dayana, de 15 años.
Para Nicol, de 15 años, y sus otros ocho compañeros y demás asistentes a la Biblioteca de la Creatividad, el profesor Triana se ha convertido en un verdadero líder para ellos. “El profesor Iván es como un segundo papá para mí y mis compañeros, él siempre nos apoya, y cuando en ocasiones queremos desistir del proyecto, él nos motiva a seguir adelante”, asegura Nicol.
Con el buen trabajo que ha realizado durante estos 15 años, el profesor Triana tiene claro que los sueños y los proyectos no pararán con la ida a la Nasa.
“Lo primero es pensar en que esta experiencia no es el objetivo final, sino un medio para poder inspirar a muchos jóvenes y niños que quieren desarrollar un sueño. Lo que nos imaginamos es que de aquí quede un documental, un libro o una propuesta educativa que aborde desde la historia de cada uno de los niños el proceso. Más allá de haber llegado a este sitio, queremos mostrar el proceso que tuvieron que seguir en temas de financiación, en temas de desarrollar su autoestima, su capacidad de logro, que eso al final es lo que nos hace falta a todos para cuando decidimos emprender un sueño. Entonces la idea es que esto se vuelva una oferta educativa complementaria que llegue a muchos colegios, a muchos lugares donde los jóvenes estén buscando inspiración”, concluyó Triana.