INVESTIGACIÓN
Sobrecostos, dudas en la licitación y guerra de competidores: el contrato de chalecos antibalas para la Policía que genera una enorme controversia
SEMANA conoció los millonarios sobrecostos en una licitación para comprar casi 2.500 chalecos blindados para la Policía Nacional. En menos de siete meses su precio se triplicó.

En diciembre de 2024, SEMANA puso la lupa a un contrato por más de 10.000 millones de pesos adjudicado por Colombia Compra Eficiente para la adquisición de 9.000 chalecos antibalas destinados a la Policía Nacional. La empresa ganadora fue posteriormente sancionada con la suspensión de su certificación de productos blindados en Estados Unidos. Siete meses después, la controversia creció con un nuevo contrato bajo las mismas condiciones, pero con presuntos sobrecostos excesivos.
El 25 de junio de este año, la Policía Nacional le adjudicó un contrato por más de 9.200 millones de pesos a la empresa C. I. A. Miguel Caballero S. A. S., para adquirir 2.416 chalecos balísticos nivel IIIA, en el marco de un acuerdo para dotar de intendencia a los uniformados que forman parte de esa institución. Cada prenda salió a casi 4 millones de pesos, lo que significaría tres veces el valor de la primera licitación.

La justificación de esa orden de compra detalla la “adquisición de elementos de protección balística, lote 1 chalecos balísticos masculino nivel IIIA, para la Policía Nacional, a través del acuerdo marco para la adquisición de material de intendencia y materia prima CCE-278”. El documento quedó con fecha de emisión para el 25 de junio de este año.
Lo curioso es que seis meses atrás, esa misma empresa se presentó a un proceso de licitación que lideró Colombia Compra Eficiente, en el cual se necesitaban 9.000 chalecos antibalas para la Policía Nacional y, como se advirtió, los precios eran mucho más bajos. En esa ocasión, la compañía C. I. A. Miguel Caballero ofreció la prenda por 1.087.550 pesos y en esta nueva el monto fue de 3.821.157 pesos. ¿Por qué se triplicó el precio del mismo artículo en tan pocos meses?
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La historia comenzó a finales del año pasado, cuando SEMANA reveló que Colombia Compra Eficiente le adjudicó un contrato por 10.378 millones de pesos a Industrias y Confecciones-Inducon S. A. S. por 9.000 chalecos de un modelo conocido como súper 8. Esa empresa se ganó dicho contrato porque ofertó cada prenda a 1.073.182, es decir, 14.000 pesos menos que C. I. A. Miguel Caballero, que también compitió en ese proceso.
Pocos días después de que se pactó ese negocio, el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió una alerta informando que a Inducon S. A. S. le suspendieron la norma NIJ, un certificado que entrega ese país sobre el blindaje usado por la fuerza pública en el mundo.
Lo particular es que a pesar de que Inducon notificó esa situación a la entidad compradora, Colombia Compra Eficiente envió un correo electrónico aclarando que verificaron la validez de ese certificado que entrega el Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos (NIJ por sus siglas en inglés), por petición de la firma C. I. A. Miguel Caballero S. A. S., la misma que hoy estaría envuelta en la controversia por los supuestos sobrecostos del nuevo contrato.
Sin embargo, la empresa de Industrias y Confecciones Inducon S. A. S. trató de solucionar la situación ofreciendo otros dos modelos de chalecos que tenían activos la NIJ, a pesar de que el prototipo súper 8 cumplía con todas las características técnicas y la norma de armamento colombiano.

La agencia de contratación pública Colombia Compra Eficiente empezó en febrero de este año a evaluar con el Ministerio de Defensa si el modelo que se quedó sin NIJ garantizaba el cumplimiento de los requisitos exigidos y, de paso, le informó a Inducon que estaba suspendida preventivamente, situación que nos les permitió modificar el contrato.
Días más tarde, Colombia Compra les notificó que por ley era jurídicamente prohibido modificar el contrato, a pesar de que adelantaron análisis técnicos y mesas de trabajo con el Gobierno sobre el modelo de chaleco inicial, sin importar que la nueva referencia que estaban ofreciendo tenía varias mejoras en comparación con el que adquirieron.

Lo particular es que Inducon vivió una situación similar con la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) a través de la orden de compra número 133926, pero después de que el modelo súper 8 sufrió la suspensión de la NIJ, la institución autorizó la modificación del producto por otro conocido como Pangolín, el cual cuenta con mejores características. Siete meses después de la firma de ese contrato, la Policía no ha recibido los 9.000 chalecos, Colombia Compra Eficiente no ha dado ninguna solución para destrabarlo e Inducon quedó temporalmente suspendida para participar en otros procesos de licitación, a pesar de que volvió a recuperar el certificado NIJ.
Así fue como Industrias y Confecciones quedó por fuera de la licitación que a mediados de este año abrió la agencia de contratación pública para adquirir 2.416 chalecos para la Policía, a pesar de que todavía tienen parada la licitación que firmaron en diciembre de 2024. En este nuevo proceso se presentaron solo dos oferentes: C. I. A. Miguel Caballero y la Importadora y Distribuidora de Colombia (Imdicol).
Lo curioso es que, en 2023, funcionarios de Colombia Compra Eficiente y la Armada Nacional estuvieron realizando una visita en la planta de producción de Imdicol S. A. S., y contaban con línea de producción para elaborar chalecos, pero “no con la máquina de termosellado para terminar el proceso de fabricación”.
Tiempo después lograron resolver ese inconveniente, pero los funcionarios hallaron que en la planta de producción había trabajadores con uniformes de la “empresa Alianza ALZ S. A. S.” y no de la Importadora y Distribuidora de Colombia.

Por ese motivo concluyeron que: “Imdicol S. A. S. no ha acreditado en debida forma que cuenta con una planta de producción (...) lo cual pone en riesgo la posibilidad de asegurar una debida calidad”. Así fue que consideraron suspender provisionalmente a esa compañía.
SEMANA se comunicó con Víctor Fajardo, COO de Imdicol, quien respondió que esa suspensión fue “injustificada e infundada por sectores ajenos a la entidad”. Sin embargo, las “acciones legales nos dieron la razón y nos activaron nuevamente, después de evidenciar que contamos con la capacidad técnica y operativa”. Es decir, otra compañía fue sacada del camino, y luego quedó claro que podía participar en el proceso.
Imdicol se presentó nuevamente este año a la licitación en la que compitió con C. I. A. Miguel Caballero. Inducon no lo hizo porque estaba inhabilitada por el lío del contrato de diciembre del año pasado. Así fue como la empresa Miguel Caballero logró quedarse con la licitación de casi 10.000 millones de pesos, que triplicó su valor por unidad, comparado con la oferta inicial que hizo en diciembre de 2024.

SEMANA se contactó con Miguel Caballero, presidente ejecutivo de la compañía que lleva el mismo nombre, y explicó: “No es comparable un producto con el otro en términos técnicos, más allá de que la calidad técnica y la resistencia balística sean iguales. El área de cobertura del uno es completamente diferente al otro”.
Asimismo, detalló que C. I. A. Miguel Caballero produce 12.000 chalecos balísticos al mes, lo que permitió bajar los costos de las materias primas de enero del año pasado, pero “cuando pasamos a precios de 2025, el precio se altera completamente”, aseguró.
No obstante, los contratos de diciembre de 2024 y de junio de este año precisaban el mismo tipo de chalecos tipo IIIA, a lo que Caballero respondió: “Una parte de ese contrato fue masculino y otra femenino. Elaborar un chaleco femenino toma siete veces más tiempo que uno masculino. Fabricar la copa de los senos hace que el costo se incremente siete veces”.
Sin embargo, la ficha técnica del contrato 0028A9 específica que los chalecos solo son para personal masculino de la Policía. Hasta la publicación de este artículo, en Colombia Compra Eficiente no dieron respuesta.