HABLAN LOS EXPERTOS

La arquitectura también sana

La recuperación de los pacientes tiene una gran relación con el diseño: lugares más humanos y amables para sobrellevar la enfermedad. El arquitecto Daniel Bonilla hace un análisis sobre el tema.

Daniel Bonilla*.
2 de diciembre de 2019
Otro aspecto incorporado recientemente al diseño de servicios médicos está asociado con 'recodificar' el tipo de arquitectura, es decir, enfatizar en el confort y la percepción. | Foto: Mario Pedraza

Según el texto ‘Ambientes favorables para la salud, un legado intergeneracional en el paisaje urbano’, de Gabriela Campari, investigadora de la Universidad de Buenos Aires, en la Carta de Otawa de 1986 ya se delineaba que el problema del estado de bienestar físico, mental y social que concierne a la salud no solo se circunscribe al factor sanitario, sino que puede ampliarse hacia los culturales y ambientales como elementos que afectan la calidad de la salud. Es entonces donde entra en juego el impacto derivado del diseño de la infraestructura física de centros de salud y hospitales en la recuperación del paciente.

En general, hoy los hospitales están cambiando positivamente debido a que los métodos curativos han mejorado. Por tanto, la tendencia es que el tiempo de los pacientes en estos centros se ha reducido en promedio, y esto conduce también a un cambio a mayor cantidad de procesos de carácter ambulatorio y de menos estadía interna.

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Es justo aquí donde el enfoque reciente de la arquitectura ha cambiado, al pasar de proyectar espacios puramente eficientes y funcionales a unos humanos que sirvan como entorno favorable para sanar, que ayuden en el estado anímico y que permitan al enfermo gozar de una atmósfera grata, variada y curativa. De esta aproximación se derivan los principios como ‘espacios para sanar’ (healing space), ‘arquitectura que cura’ (wellness architecture o architecture for well-being).

Es así como elementos tan sencillos como la luz natural se consideran componentes trascendentales en el proceso curativo. En particular, Sonia Cedrés de Bello, en su artículo ‘Efectos terapéuticos del diseño en los establecimientos de salud’, señala que en un estudio realizado en Pennsylvania las dimensiones de la ventana de los cuartos de hospitalización eran factor fundamental para los tiempos de recuperación de los pacientes hospitalizados por cirugía. Otra investigación en Canadá, pone acento en la importancia del verde como elemento curativo, al revelar que los enfermos ubicados en el edificio nuevo que estaba conectado a los patios con diseño paisajístico necesitaban hasta 40 por ciento menos de analgésicos y píldoras para dormir, en comparación con los ubicados en la parte más antigua del hospital.

Otro aspecto incorporado recientemente al diseño de servicios médicos está asociado con ‘recodificar’ el tipo de arquitectura, es decir, romper con la semblanza del edifico ‘máquina funcional’ para pasar a enfatizar en el confort y la percepción. Es así como surge el calificativo del ‘Hotel que sana’, que pretende cambiar la experiencia del paciente a través de su vivencia de un espacio más humano y amable, y que le permite sentirse mejor identificado. Si bien el área de salud ha sido tradicionalmente blanca no solo por razones prácticas sino porque además está asociada con la asepsia, el espacio blanco es frío y está relacionado con el ambiente hospitalario, lo que a su vez se asocia a estar enfermo, así que con este cambio de orientación se pretende que el paciente se sienta a gusto, que el diseño interior sea cálido y que le brinde tranquilidad.

Aun así, existen unos límites del diseño centrado en las calidades estéticas de este espacio, porque, según Cedrés, esto no garantiza eliminar el sentimiento de miedo y de separación del paciente de su vida diaria, y por tanto queda un camino extenso por desarrollar y aportar desde la perspectiva del trabajo que pueden realizar arquitectos y diseñadores al respecto.

Sin embargo, aunque el diseño, la investigación y la tecnología han permitido un enorme avance en el campo de la salud, no sería suficiente si este progreso no es llevado por personal altamente capacitado no solo en lo científico, sino en especial en trato humanista al paciente.

*Arquitecto.