INFRAESTRUCTURA Y TRANSPORTE

La transformación de la infraestructura para el transporte en el país sí es posible

Así lo cree el experto invitado. Para él, el cambio ser hará visible en los índices de desempeño logístico, la conectividad marítima, los tiempos de desplazamiento en las vías y la operación aérea.

Iván Sarmiento Ordosgoitia*
22 de octubre de 2019
Los proyectos contenidos en el Plan Maestro de Transporte Intermodal, pretenden reducir los costos de exportación de contenedores. | Foto: Héctor Rico

Colombia ingresó al selecto grupo de 37 países de la Ocde, siendo el tercer latinoamericano después de México y Chile. Es importante entonces reflexionar acerca de nuestra situación en infraestructura y sus retos.

Nuestra red vial, con 206.000 kilómetros de carreteras, es extensa. Sin embargo, según el BID faltan 45.000 kilómetros y mejorar la calidad con pavimentación en los 45.140 kilómetros de vías secundarias y en algunos de los 142.280 kilómetros de vías terciarias. Solo el 20 por ciento de las carreteras está pavimentado y no todas en buen estado.

Según el más reciente informe del Índice de Competitividad, del Foro Económico Mundial, ocupamos el puesto 57 en competitividad global entre 141 países, pero el 81 en infraestructura, el 104 en calidad de carreteras, 97 en conectividad vial, 89 en densidad ferroviaria, 99 en la eficiencia de los servicios de trenes, 31 en conectividad aeroportuaria y 78 en eficiencia de transporte aéreo.

Lo estratégico en carreteras son los 17.000 kilómetros de vías primarias, y dentro de estas apenas contamos con 2.700 kilómetros de dobles calzadas o seis kilómetros por cada 100.000 habitantes. Otros países de la Ocde como España tienen 30 kilómetros por cada 100.000 habitantes. En el caso de Francia son 18, de Alemania 15 y de Japón y Chile 11.

Colombia avanza a buen ritmo en dobles calzadas (300 kilómetros por año). De continuar así, alcanzaríamos el número mágico de 11 kilómetros por 100.000 habitantes en 20 años, o en 40 años la cifra de más de 12.000 kilómetros que tienen España, Francia, Alemania, Japón y México. Ese es nuestro atraso vial a nivel de autopistas, aunque en el sistema ferroviario el retroceso es de más de 50 años. Los descalabros como los de la vía al llano y los escándalos de Odebrecht son hechos que se espera no se repitan con la nueva ley de infraestructura.

Pero no es para desalentarse: en general, vamos por buen camino y el reto razonable –acorde con nuestra economía– es contar con al menos 5.000 kilómetros de autopistas para 2030, invirtiendo anualmente el 3 por ciento del PIB en carreteras (cerca de 20 billones de pesos por año) y más del 1 por ciento en infraestructura para otros modos. Entre 2010 y 2016 se hizo un gran esfuerzo al invertir casi 10 billones por año en carreteras. Sin embargo, estos ritmos disminuyeron desde 2017 por la desaceleración económica, lo que nos hace avanzar más lento hacia la meta.

También importan los índices de desempeño logístico (puesto 58 en 2018 entre 160 países) y doing business (65 en 2018), que han mejorado en parte por el transporte transfronterizo. En 2017 los tiempos para exportar un contenedor eran 77 horas por carretera, 104 por ferrocarril y 157 por vía fluvial (el cumplimiento fronterizo consumía la mayoría del tiempo, siendo el 75 por ciento, 55 por ciento y 38 por ciento, respectivamente).

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Los proyectos contenidos en el Plan Maestro de Transporte Intermodal a 2035 pretenden reducir los costos de exportación de contenedores 15 por ciento con las 4G, 23 por ciento con las nuevas líneas férreas (pasar de 420 kilómetros operadas actualmente a 1.077 en 2022 y a 1.770 kilómetros en 2035), y 50 por ciento en lo fluvial con la intervención de 5.000 kilómetros en cinco ríos, a 2035. Un reto importante es replantear el ancho de vía ferroviaria para pasar de la trocha yárdica al ancho internacional, como plantean los nuevos proyectos en Antioquia.

A las sociedades portuarias (puesto 34 en conectividad en la red marítima global y 72 en eficiencia de los servicios portuarios) se les están invirtiendo 7 billones de pesos. De los 75 aeropuertos, 17 están concesionados con inversiones que rondan los 4,6 billones de pesos, y se han identificado 32 proyectos hasta 2040. Colombia moviliza 38 millones de viajeros, cifra que crece a más del 6 por ciento anual hace más de una década.

En definitiva, el país se transformará de la mano de la infraestructura con el crecimiento del comercio exterior, el turismo, la reducción de cerca del 30 por ciento de los tiempos con las 4G y de la accidentalidad vial (de 7.000 muertos anuales a 5.600, salvando al menos 1.400 vidas por año, a 2022). El acuerdo de paz sin duda también influirá a pesar de las dificultades remanentes. Se requiere, finalmente, fortalecer el multimodalismo, mejorar los indicadores de logística, renovar la flota vehicular de buses y camiones e implementar una moderna tecnología de pago de peajes. ¡La transformación es posible!

*Director del grupo de investigación Vías y Transporte de la Universidad Nacional.