EMPRENDIMIENTO

El molino de los sueños de los agricultores de Asozulia

Este distrito de riego nació en 1967 como un proyecto para campesinos sin tierra. Hoy sus más de 900 usuarios están cerca de terminar la construcción de su propio molino para granos, con el que saltarán a la agroindustria. La alcaldía de Cúcuta fue su garante en la financiación.

1 de diciembre de 2019
Gelbert Chona y sus compañeros de Asozulia, construyeron el molino que mejorará la producción. | Foto: David Amado

¿Cuánto le paga el molino por el arroz fresco?

–Eso depende– responde Gelbert Chona Paredes, un cultivador de arroz de toda la vida. –En este momento, que estamos en los gozosos, nos pagan a 15.300 pesos la arroba, pero el año entrante va a ser a 11.000.

¿Por qué cambian tanto los precios?

–Porque cuando hay mucha producción de arroz, los molinos bajan el pago y nos toca entregarlo a cualquier precio porque es un producto perecedero. Así perdemos, pero no tanto.

Este panorama, al que se han enfrentado los más de 950 usuarios del Distrito de Adecuación de Tierras del Río Zulia –un proyecto de reforma agraria que nació en 1967 en los municipios de Cúcuta y Zulia– está cerca de llegar a su fin. La razón: después de cuatro años de trabajo, esta asociación de usuarios está apunto de terminar de construir su propio molino para secado de granos.

Pero este no es cualquier trapiche. No tiene la tecnología tradicional de secado con carbón o electricidad, sino que emplea torres de secado Suncue, desarrolladas en Taiwán, que usan la cascarilla del grano como combustible. Esto representa ahorrar más de 620 millones de pesos en energía y cero emisiones contaminantes. Además, permite programar la humedad y la temperatura dentro de las torres para obtener granos enteros –tipo gourmet– que tienen mayor precio en el mercado.

Este proyecto traerá múltiples beneficios a los usuarios de la asociación. “Los agricultores incrementarán sus ganancias en 8 o 10 por ciento porque entrarán directamente en la agroindustria, sin intermediarios. Almacenarán su producción de arroz cuando haya abundancia para no depender tanto del precio y podrán rotar cultivos con maíz, sorgo y soya, porque el molino también puede procesar estos granos. Así tendrán posibilidades de buscar otros mercados y de dejar descansar la tierra para reducir la resistencia del arroz a las enfermedades y malezas”, explica Rubén Darío Fernández, gerente de Asozulia.

El costo del proyecto es de aproximadamente 18.000 millones de pesos, que se han venido financiando con recursos de la asociación y con préstamos del Banco Agrario. Para conseguir uno de los desembolsos de esta entidad –por 2.800 millones–, Asozulia contó con el apoyo de la Alcaldía de Cúcuta, que en 2018 estableció un convenio con el banco para crear un fondo complementario de garantías. Allí el gobierno municipal depositó 300 millones de pesos que permanecerán en la cuenta los 15 años en los que se estima el pago del dinero.

“Nuestro municipio no puede aportar todo el capital que los productores de la región requieren, pero sí puede dar su palabra y un apoyo económico para respaldarlos y ayudarlos a crecer porque son parte importante de la economía de la región”, agrega Wilmar Cepeda, secretario de Desarrollo Social de Cúcuta.

Se espera que el molino empiece a operar en los primeros meses de 2020. Asozulia ya realizó, con expertos de la universidad Eafit, un estudio de mercadeo para su marca propia de arroz. Y está en proceso de aprobarse su registro en la Superintendencia de Industria y Comercio. Sin embargo, el propósito de sus asociados va mucho más allá de lo comercial. “Este es un paso más para ir cambiando de sistema y llegar a una agricultura limpia que sea más saludable y que nos permita dejar un ecosistema que nuestros hijos puedan trabajar”, concluye Gelbert Chona.